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ESPLÉNDIDOS RECUERDOS DE LA CIUDAD ATLÁNTICA EN QUE NACIMOS

QUERIDO NÉSTOR II. CANCIONES DE LA ISLA

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Manuel González es el autor del guión y el

libreto musical de Querido Néstor II.

Canciones de la isla, un espectáculo cuya

segunda entrega se presenta en el Teatro

Cuyás diez años después de que su primera

parte fuese estrenada con un apoteósico

éxito de público en el Teatro Pérez Galdós de

la capital grancanaria. Producido por el

Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento

de Las Palmas de Gran Canaria y

Producciones Puentepalo, este musical que

dirige el tinerfeño Juan José Afonso,

repercute en la memoria colectiva del

espectador empleando emblemas como la

música popular, la figura del cronista y

compositor por excelencia de la isla –Néstor

Álamo-, los guiños del recuerdo que aún

alimenta a toda una generación de

grancanarios, y la intangible trama que

constituye la personalidad idiosincrática de

un pueblo y una ciudad atlántica, que

empezó a desperezarse tras las dificultades de

la posguerra con la llegada del turismo.

La simpática historia del enredo ideado por

González, se extiende a lugares emblemáticos

de la ciudad y bien familiares para el

espectador como el Parque de Santa

Catalina, la Casa de Colón, el barrio de

Vegueta, la Avenida de las Canteras, el

desaparecido Teatro-Cine Hermanos Millares

o el Tánger Club.

Ésta es una de las principales virtudes de este

musical: se sitúa en lugares reconocibles

para el gran público, y juega inteligentemente

con la materia maleable del recuerdo para

conseguir su adhesión inmediata.

Un total de dieciocho canciones se escucharán

durante el espectáculo, cuya música en

directo interpreta una orquesta integrada por

más de quince instrumentistas, algunas de

ellas extraídas del cancionero popular

canario como Campanas de Vegueta,

Maspalomas y tú, El tartanero, Somos

costeros, o Andrés, repásate el motor, mezcladas

con otras de aires caribeño como

Habanera ven, Tata Mayarí o Si llego a

besarte, y de la época, como Agua del pozo,

Pensamiento o Las palmeras.

A través de canciones de Néstor Álamo y

de contemporáneos suyos como Pancho

Guerra, Viera Plata o los Huaracheros,

acompañados también por temas caribeños

que trae la embajada cultural cubana y

sonidos radiofónicos de la época, se

suceden las coreografías y los diálogos

hilarantes que buscan la complicidad con

la memoria histórica del público.

Personajes emblemáticos de la ciudad

como el mismo Cañadulce, Néstor Álamo,

Lolita Plumas, Orlando Hernández, la

vedette local Mery Malde o Gregorito el

Guardia, se entremezclan con el Jefe

Provincial del Movimiento, con el

moralista don Adán, Lectoral de La

Catedral, con la plantilla de jugadores de la

UD Las Palmas, el heladero de los Alicantinos

y con los habitantes de una ciudad

que se despierta tras la posguerra.

Según señala Manuel González, Querido

Néstor II. Canciones de la isla es una obra

coral, un musical que pretende retratar los

colores y los sonidos de una ciudad que muere

cuando comienzan a enterrar el barranco

Guiniguada. Y lo hace a través de los

personajes más emblemáticos, más queridos,

más bohemios, más rebeldes de su paisaje

humano como Lolita Plumas o Pepe

Cañadulce. Los arreglos musicales orquestales

fueron grabados por la Orquesta

Filarmónica de Gran Canaria, bajo la

dirección de Pedro Halffter; y las jóvenes

voces que hemos encontrado en el casting,

algunas de ellas sensacionales; los actores,

muchos de ellos aficionados, completan la

magia de un musical que entusiasmará a

todos.

González destaca también la dirección

escénica en esta segunda entrega de Juan

José Afonso, uno de los mejores directores de

este país, que ha realizado un trabajo espléndido

junto a su ayudante de dirección Óscar

Bacallado. Asimismo, el vestuario de María

González o la peluquería de Pepe López, en

una retrospectiva estética de época muy

lograda. O la labor de Sergio Alonso y

Manuel Estupiñán en la parte musical, y

Miguel Montañez en todo el entramado

coreográfico. Todo eso rematado con la

calidad humana de todo el elenco, entregado

con la ilusión de un niño para que la obra sea

un éxito y un regalo para la memoria de

Néstor y para el público de Gran Canaria.

Manuel González ha concebido algunas de

las producciones vinculadas con la música

popular de Canarias, que han marcado una

pauta a la hora de entender y presentar la

cultura folclórica como un digno espectáculo,

capaz de cautivar como producto a

miles de espectadores. Desde el éxito de la

primera parte del musical Querido Néstor o

La Noche de Canarias, a los últimos diseñados

con Mestisay como Poeta en la Isla.

Homenaje a Pedro Lezcano y Las manos del

maestro. Homenaje a Totoyo Millares, ambos

estrenados en el Teatro Cuyás, o Mestisay.

Toda una vida, presentado en el Auditorio

Alfredo Kraus con ocasión de la conmemoración

de los 25 años de existencia del citado

grupo, las producciones formuladas por

González dibujan ingeniosamente el ideario

imaginario y remoto de las Islas, como una

foto sensible y esencial que nunca parece

sufrir el desgaste del tiempo. En esta

entrevista, el autor de la música y el libreto de

la segunda entrega del musical Querido

Néstor. Canciones de la Isla, se refiere a las

claves de esta última superproducción.

¿En qué se distingue esta nueva entrega del

anterior Querido Néstor, estrenado hace

una década en el Teatro Pérez Galdós?

Han sido diez años llenos de experiencias

artísticas para Mestisay y para mí. Mi vínculo

con Canarias se ha fortalecido creativamente

a partir de que adquiero una experiencia

profesional importante fuera en ámbitos muy

diversos relacionados con la producción

artística. Por otro lado, a la hora de idear y

escribir el libreto, de imaginarme por dónde

llevar creativamente esta producción, creo que

todo ha sido mucho más maduro, más fluido.

Por eso pienso que ésta va a ser una segunda

parte mucho más divertida, mucho más

afinada escénicamente, y creo que con la

misma intensidad de emoción que la primera.

¿Qué etapa histórica cubre esta segunda

parte del musical y de qué acontecimientos

o pasajes de la vida insular se alimenta?

La segunda parte de Querido Néstor puede

definirse como una comedia musical escrita en

clave de humor felliniano a esta orilla del

Atlántico para celebrar por todo lo alto el

centenario del nacimiento de Néstor Álamo.

Corren los últimos meses del año 1958. La

trama empieza en el Muelle de la Luz y se

extiende a lugares emblemáticos de la ciudad

como el Parque de Santa Catalina, la Casa de

Colón, el barrio de Vegueta, la Avenida de las

Canteras, el desaparecido Teatro-Cine Hermanos

Millares o el Tánger Club.

¿En dónde radica a su juicio la adhesión

inquebrantable y el entusiasmo que el

público suele mostrar ante este tipo de

productos?

En la memoria. La memoria es un pozo de

explosión creativa continua, porque es

material moldeable en cuanto sale del

inevitable corsé con el que la ata la asepsia de

la ciencia histórica, que es necesaria en otro

ámbito, más intelectual o divulgativo. Y las

canciones: las canciones son la banda sonora

de la memoria de cualquier ser humano. Para

un señor del Medio Oeste Americano, es el

country de Guthrie; para los más mayores de

aquí e incluso para una parte de la gente de mi

generación, las canciones de Néstor y la

música latinoamericana. Y de ambas está

llena esta segunda parte de Querido Néstor.

Valóreme la figura y la obra de Néstor,

destacando su principal aportación a la

cultura y la sociedad de Canarias.

Néstor Álamo es un personaje arquetípico de

una sociedad y una época muy singulares en

Canarias, donde las Islas eran una colonia. Un

intelectual inclasificable, albañil de muchas

cosas y maestro de nada. Autodidacta,

intratable a ratos, inventor de su propio

personaje público y de su leyenda urbana.

Intransigente con la mediocridad insular. Un

estilista de la palabra aún no bien valorado en

la literatura canaria. También el padre de la

canción canaria moderna basada en ritmos

populares. Y un visionario; un visionario de

espacios que trascienden su contenido presuntamente

histórico, como la Casa de Colón,

para convertirse, con el tiempo, en epicentro de

memorias colectivas.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que

se ha encontrado a la hora de trasladar a la

escena el libreto original?

En esta segunda parte la figura de Néstor sirve

como afortunada excusa para presentar a

otros personajes y al personaje principal, que

esta vez es la ciudad en la que nacimos. Y

también pretendemos, aunque pueda parecer

pedante, intentar hacer una Comedia del Arte

con los personajes y ambientes que nos

pertenecen, y que todo eso parezca universal,

aunque esté todo vestido de un acento muy

local.

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MANUEL GONZÁLEZ

ENTREVISTA

musical. El libreto de la historia que cuenta Manuel González en este

sentido ha sido un instrumento que ha facilitado y permitido esa

imbricación sin mucha dificultad.

Según Afonso, el musical está lleno de escenas divertidas que recurren

muchas de ellas al espíritu de Pepe Monagas y a su comedia de

situación. Para el director, el recuerdo del éxito que acompañó a la

primera parte del musical estrenado hace diez años es bueno para la

producción, pero también marca su deseo de superar aquella

presentación en el Pérez Galdós. La escenografía no recurre a grandes

tinglados. Es limpia y todos los elementos que aparecen y desaparecen en

la escena lo hacen con rapidez, ya que los cambios de escenas son

continuos. Telones, proyecciones, fotografías ampliadas, el atrezzo, la

luz…; todos esos elementos están al servicio de la trama y apoyan sin

aturdir, dice.

Juan José Afonso acaba de estrenar en Madrid Nunca es fácil, con

Nancho Novo como protagonista. Antes de ésta dirigió con Pepe

Sancho y Miguel Hermoso, El gran regreso de Boris Spielman. Entre sus

proyectos inmediatos se encuentra El avaro, de Molière. El tinerfeño

reconoce que ha llegado a la dirección por la vía de la producción.

Hace más de quince años que llegó a Madrid, en donde participó en

los laboratorios de teatro de William Layton y José Carlos Plaza. Lo

primero que hizo como productor fue con Concha Velasco, Carmen,

Carmen, de Antonio Gala. Nadie iba a confiar una costosa producción

a un auténtico desconocido. La producción me ha ocupado mucho

tiempo, unos diez años. Cuando llegó a mis manos el texto de David

Desola, Almacenados, me apeteció dirigirlo. A partir de ahí, por fortuna

me ofrecen los proyectos y ya no soy yo el que los produce. Me interesa el

teatro de texto, con cierto compromiso, pero divertido; el teatro de

comedia, que si puede ser con mensaje, pues mejor. El director y

productor cree que la crisis que padece el teatro ahora es brutal y es la

peor de cuantas se han cebado en este modelo de creación y comunicación

cultural. El teatro está en una franca decadencia y el público

muestra interés por él en producciones puntuales como los musicales y la

comedia.

El director del musical Querido Néstor II. Canciones de la isla, Juan José

Afonso regresa al Teatro Cuyás para dirigir un espectáculo diametralmente

opuesto a los que ha presentado con anterioridad. Almacenados

o La extraña pareja han sido dos obras dirigidas por este tinerfeño

afincado desde hace casi veinte años en Madrid, que combina su inquebrantable

afecto al teatro como director y como productor de algunos

de los montajes que actualmente figuran en la cartelera nacional. Será

la primera vez que Afonso afronte un proyecto escénico con denominación

de origen canario. Define el espectáculo como un recorrido por

la capital grancanaria, su idiosincrasia y la música de Néstor a través de

una recreación libre de algunos pasajes de su vida.

Juan José Afonso opina que esta dirección es un reto en su carrera. Un

musical son palabras mayores. Pero tomé la decisión y me he encontrado

con un grupo de producción absolutamente entregado a este proyecto en

el que participan cientos de personas con mucho talento. La responsabilidad

es enorme porque, de entrada, es un musical que interesa al público,

que conoce sus claves por el estreno de la primera entrega, y por el que se

ha generado una expectación. Según el director, la memoria colectiva

está en cada poro de este espectáculo. Toca la fibra sensible del espectador

a través de referencias al paisaje urbano, de la emotividad de los

recuerdos y situaciones vividas en la niñez, de las escenas inmutables que

aún custodia nuestra memoria, de los personajes que siguen invadiendo

el recuerdo de una capital como Las Palmas de Gran Canaria… La gente

joven también ha oído hablar a sus padres o a sus abuelos de esa ciudad.

Querido Néstor conecta muy bien con el sentir de la gente de Canarias, y

por eso esa receptividad emocional es un gran terreno ganado en esta

producción, reconoce. Es más fácil conmoverte con lo que conoces que

con lo que desconoces.

Para el director, Querido Néstor II. Canciones de la isla estaría a caballo

entre el género de la zarzuela y la comedia musical. De la zarzuela posee

la explotación de lo popular a través de la orquestación de los arreglos, y

de la comedia mantiene una trama que se alimenta del vodevil y del

enredo cómico con situaciones hilarantes. Hemos trabajado sin estridencias

y desde la sencillez la trama dramática con el desarrollo

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JUAN JOSÉ AFONSO

ENTREVISTA

una embajada oficial cubana que parte hacia las Islas Canarias para

cumplimentar la inauguración de la Casa de Colón de Las Palmas de

Gran Canaria.

Los tres músicos cubanos –guasones y mujeriegos, alejados del

arquetipo de revolucionarios oficiales- tienen el encargo de contactar

con un importante líder de la resistencia a la dictadura franquista en las

Islas en cuanto lleguen al Muelle de la Luz. Pero una confusión les hace

pensar que su contacto es Pepe Cañadulce, vestido casualmente de

forma muy parecida a aquél. Cañadulce se encuentra ese día al pie del

barco que trae a los cubanos hasta la Isla para recoger a unos chonis y

llevarlos de excursión por la ciudad en una tartana que le ha prestado el

marido de su hermana. La embajada cubana, que es recibida a pie de

escala por las primeras autoridades de la provincia en una ceremonia

retransmitida en directo por Déniz -un popular locutor radiofónico

insular- está liderada por el Capitán Varela y Ferrer, un variopinto

militar que se considera asimismo como el mejor poeta en el mundo en

improvisaciones versificadas sobre flatulencias estomacales. Entre los

miembros de la representación cubana se encuentran también un dúo

de exóticas cantantes, las Hermanastras Fáez, que causarán furor entre

el público masculino de la Isla.

Corren los últimos meses del año 1958. En Las Palmas de Gran Canaria

se estrenan películas míticas de la historia del cine como El puente sobre

el río Kwai. Alfredo Kraus regresa a la Isla para descansar unos días

junto a su familia después de una memorable actuación en La Fenice

de Venecia. Dulce María Loynaz, la poetisa cubana, imparte una

conferencia en la Casa de Colón a propósito de su libro sobre Canarias.

La Unión Deportiva Las Palmas, entrenada por Albéniz, no termina de

cuajar una buena temporada. El pintor Julio Viera presenta sus

happenings pictóricos ante la indiferencia de la asorrococlada parroquia

insular. El recién elegido Papa Juan Pablo XXIII realiza una gira por

Italia en loor de multitudes. En la URRS, Jrushchov asume las riendas

del Estado tras ser nombrado Primer Ministro por el Partido, del que

ya era Secretario General. En Cuba, el gobierno del dictador Batista

sufre nuevos y severos reveses militares mientras los rebeldes de Castro

se acercan a la capital.

Éste es el ambiente histórico en el que se desenvuelve la segunda parte

de Querido Néstor. El musical comienza en los muelles de La Habana;

allí tres músicos cubanos, ligados a la insurgencia castrista y perseguidos

por la policía batistiana, son incluidos por camaradas suyos infiltrados

en el gobierno batistiano -subrepticiamente y en el último momento- en

NÉSTOR ÁLAMO (Elu Arroyo). Álamo

está en 1958, cuando transcurre la obra, en

plenas facultades intelectuales, con la mayor

parte de su obra literaria publicada y con el

éxito renovado de sus canciones, que han

sido editadas y grabadas en Madrid por una

joven promesa local que descubriera años

antes, Mary Sánchez, que se ha marchado de

la Isla para emprender una larga gira americana.

El escritor se prepara a recibir, con sus

mejores galas, a representantes consulares y

políticos nacionales e iberoamericanos que

viajan hasta Gran Canaria para los fastos de

la inauguración de la Casa de Colón. En ese

reto no es ajena la ayuda de Matías Vega,

Presidente del Cabildo Insular, que lo blinda

de los ataques de sus numerosos enemigos,

alentados por el carácter singular de Álamo.

CAPITÁN VARELA (Antonio Montesdeoca).

Ha sido comisionado por el

Gobierno de Batista, cuestionado internacionalmente

y amenazado por los rebeldes

de Sierra Maestra, para encabezar una

delegación cultural que viaja hasta Las

Palmas de Gran Canaria con motivo de la

inauguración de la Casa de Colón. Es un

habanero coñón y mujeriego, con ambiciones

literarias frustradas, que se

considera el mejor poeta del mundo en

una curiosa especialidad: la improvisación

versificada, en sonetos y décimas, de

pedos o flatulencias estomacales.

MERY MALDE (Olga Cerpa). Cantante de

varietés local, ha estrenado algunas de las

comedias musicales de mayor éxito en el

Teatro-Cine Millares, acompañada de otros

artistas locales. Siempre a la moda en el

vestir, Mery acaba por conquistar el corazón

del capitán Varela, con quien juega al gato y

al ratón gracias a su calculada coquetería.

DON ADÁN (Manuel González). Antiguo

capellán castrense en la Guerra Civil.

Conservador hasta parecer caricaturesco,

don Adán anda siempre preocupado por la

salud moral de sus feligreses. En esta

segunda parte de Querido Néstor se encarga

de liderar una manifestación espontánea

ante las puertas del Cine Cuyás,

consiguiendo abortar el estreno de la

película Gilda.

PEPE CAÑADULCE (Juan Armas). Pepe

es un clásico de la vida urbana de Las Palmas

de Gran Canaria. Nacido y criado en San

José, vive con una de sus hermanas y saca

para tabaco y ron yendo por los pueblos y

barrios de la isla, para pregonar los

programas de las fiestas con su bocina y su

tambor. En Querido Néstor II la trama

teatral lo convierte en un opositor a la

Dictadura, porque unos cubanos lo confunden

con Germán Pírez, que sí lo es y que

viste igual que él cuando se debe producir el

contacto.

LOLITA PLUMAS (Mary López). Exageradamente

pintada, con sus trajes de colores y

fantasías, con sus collares, con sus chancletas

y lazos estrafalarios en la cabeza, Lolita

Plumas es la reina del Parque de Santa

Catalina. Entre sus admiradores se encuentran

Orlando Hernández y Déniz, un

locutor radiofónico insular con ínfulas

artísticas.

DÉNIZ (Matías López). Locutor

radiofónico. Calvo, con un cómico bisoñé

peinado a un lado, bigote recortado a lo

Clark Gable, polos de época y pantalones de

pitillo.

LAS HERMANASTRAS FÁEZ (Laura

Santana y Natalia Palacios). Siempre

vestidas iguales, como si fueran gemelas, Las

Hermanastras Fáez –así es su nombre

artístico- son representantes de la popular

tradición de la trova santiaguera.

LOS PERSONAJES

ERASTO (Manuel Estupiñán). Natural de

La Palma, es un apuesto y popular delantero

de la UD Las Palmas de finales de los 50. La

afición lo bautiza con el apodo de Cabecita

de Oro, por su facilidad para marcar goles de

cabeza en la portería contraría. En Querido

Néstor II es el principal cantante solista

masculino.

CLORINDO, CIRO Y MIGUELITO (Luigi

Rodríguez, Alexis Canciano y Gilberto

Noriega). Músicos del séquito de la

embajada cubana. Típicos habaneros de

barrio, juerguistas y mujeriegos, hablan con

toda la jerga popular habanera en sus labios

y en sus manos.

GREGORIO EL GUARDIA (Tino Cebral).

Guardia municipal de Las Palmas de Gran

Canaria en la década de los cincuenta.

Uniforme con salacot, porra y correajes.

Sabedor de fútbol y palomas mensajeras.

Cae y se deja caer con el sabor del

zorrocloco local.

ORLANDO HERNÁNDEZ (Lamberto

Guerra). Escritor local, irónico, bohemio en

el vestir, tipo intelectual. Con bigote y cierta

percha dandi a lo Oscar Wilde. Orlando

ultima, sentado en una mesa del bar

Ripoche de Santa Catalina, su novela más

ambiciosa, Catalina Park.

SIGNORE LORENZO DA PONTE

(Leopoldo Rojas). Astuto diplomático

curial vaticano, italiano que habla castellano

atropelladamente, contaminándolo de expresiones

de su lengua de origen. Es un apasionado

de la ópera, tanto que se dice descendiente

del libretista preferido de Mozart.

CAMARADA BOMBÍN (Alfonso

Campoamor). Laureano Bombín es Jefe

Provincial del Movimiento en la provincia.

Peninsular, con fuerte acento y actitud

chulesca, lleva siempre su abundante pelo

negro peinado hacia atrás con abundante

fijador.

LA MACANITA (Delia Rodríguez de

Siemens). Folclórica andaluza entrada en

años pero bien conservada, siempre con el

rizo de Estrellita Castro en la frente. Está de

tourné americana, de paso por Canarias,

actuando en el Teatro-Cine Millares, en el

típico espectáculo de variedades de tercera.

LAS CHONIS (Menchu Padrón y Noelia

Hernández). Dos extranjeras, de la propia

extranjelía.

RAMIRITO (Félix López). Cubano,

mulato, con personalidad y madera de líder.

Jefe de una célula del movimiento revolucionario

castrista en La Habana de finales de los

50. Introduce, a través de sus contactos y red

de espionaje, a los tres músicos habaneros

en la embajada que sale para las Canarias,

para salvarlos de la policía batistiana.

ENTRENADOR DE LA UD LAS PALMAS

(Eduardo Carrasco). Albéniz es el entrenador

del equipillo en la temporada 1958-59,

una liga difícil para el conjunto amarillo.

MAESTRO PEÓN REAL (Sergio Alonso).

Típico músico para todo de la época, curtido

en ambientes cabareteros. Su modelo es el

Xavier Cugat de las películas americanas.

PEPE DÁMASO Nuestro pintor más

popular participa en la segunda parte de

Querido Néstor a través de su característica

voz, mientras mantiene, él aún joven, una

surrealista conversación por teléfono con

Néstor Álamo a propósito de una ilustración

que el escritor le ha encargado.

¡AY, CARMELA!

UNA COMEDIA SOBRE LA VIDA Y LA DIGNIDAD EN TIEMPO DE GUERRA

parodia pese a los intentos desesperados del apocado Paulino, y acaba

siendo fusilada también. Paulino queda solo y no tiene más consuelo

que emborracharse y recibir las visitas del espíritu de Carmela. La obra

se construye como un gran flash back a partir de los recuerdos de

Paulino y de Carmela muerta, e incluye numerosas referencias tanto de

tipo político como al teatro popular de la época. La obra está salpicada

de canciones populares de los años treinta como Mi jaca, Suspiros de

España, Hace tiempo que vengo al taller (de la zarzuela La del manojo de

rosas) y el ¡Ay, Carmela!, que popularizaron los soldados republicanos

en el frente. La escenografía del montaje es de Andrea D’Odorico, la

coreografía de Teresa Nieto y la iluminación, que juega un papel muy

importante en la producción, es de Juan Gómez Cornejo.

La trama tiene lugar en el Teatro Goya de Belchite, aunque Narros

plantea al espectador un juego escénico permanente entre presente y

pasado, con el regreso al viejo teatro vacío donde permanece Paulino,

de Carmela muerta llegando desde un lugar en donde ni siquiera los

membrillos saben a nada. Paulino se consume de rodillas entre la culpa

y el remordimiento recordando la valentía y el coraje de Carmela, que

decidió morir de pie a vivir toda la vida arrodillada. La pura materia

dramática que a Sanchís Sinisterra le interesa tejer sobre el escenario, se

hilvana de valores humanos como la dignidad, el miedo, el sometimiento,

el valor, la comprensión, la pasión, la sensibilidad más allá de

cualquier ideología… La guerra siempre seguirá siendo una comedia

de terror desde la que alguien grita desgarradoramente ¿qué está

pasando? Carmela y Paulino optaron por morirse de una manera

distinta, aunque este último siga viviendo, pero condenado a seguir

viéndola en las sombras.

Verónica Forqué interpretó hace veinte años el popular ¡Ay, Carmela!

del dramaturgo valenciano Sanchís Sinisterra, junto a José Luis

Gómez, que firmaba también el montaje estrenado en el Teatro Principal

de Zaragoza. Miguel Narros dirige esta última entrega en la que

Forqué comparte escenario con Santiago Ramos en el papel de Paulino.

Este sainete trágico y conmovedor se ha convertido en una de las obras

más conocidas de la dramaturgia española actual, tanto, que fue llevada

al cine en 1990 por Carlos Saura, con guión suyo y de Rafael Azcona,

con Carmen Maura y Andrés Pajares como protagonistas del largometraje

que obtuvo 13 Goyas aquel año. Desde entonces no ha cesado

de representarse en numerosos escenarios latinoamericanos y

europeos. Como ha reconocido en alguna ocasión Sinisterra, ¡Ay,

Carmela! no es un texto redondo, ni una pieza maestra de esas que los

críticos consideran imprescindibles, aunque su popularidad sí resulta

incuestionable. Así mismo, su eficaz combinación de los géneros de la

comedia y el drama, así como la utilización de los elementos del tiempo

y el espacio, se articula con equilibrada perfección en este montaje

repleto de momentos igual de hilarantes que patéticos.

La acción de ¡Ay, Carmela! se sitúa en plena Guerra Civil Española.

Paulino (Santiago Ramos) y Carmela (Verónica Forqué), son dos

actores de variedades que llegan por error al pueblo aragonés de

Belchite -conquistado por los nacionales a los republicanos-, en donde

un teniente italiano con ensoñaciones artísticas les ordena representar

una velada artística, patriótica y recreativa para sus tropas, que incluye

una parodia contra la República con el objeto de burlarse de un grupo

de brigadistas internacionales que van a ser fusilados a la mañana

siguiente. Carmela indignada, subvierte espontáneamente dicha

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la historia de los protagonistas desde que son

hechos prisioneros.

¡Ay, Carmela! es una especie de joya para los

actores, que encajan y se divierten mucho con

los problemas muy tristes, que padecen a lo

largo de la función sus dos personajes

maravillosos, Paulino y Carmela, señala

Narros. Me ha interesado trabajar el perfil y

el relieve humano de los dos actores que

interpretan Santiago Ramos y Verónica

Forqué. Estos dos perdedores se encuentran

en un momento muy difícil y extremo.

Quieren trabajar por encima y a pesar de

todo.

Sobre Verónica Forqué, actriz con la que el

director ha trabajado en varias ocasiones,

estima que es una actriz muy válida. No creo

que trabaje con ella porque me venga a la

medida. Reúne una serie de valores

profesionales y una personalidad muy

conmovedora que llevada a través de

Carmela, Doña Rosita la Soltera o la Reina

Titania de El sueño de una noche de verano,

ofrece a cualquier director infinidad de

registros y posibilidades. En cuanto al

personaje que encarna Forqué, Miguel

Narros comenta que es una mujer simple en

el mejor sentido de la palabra, a la que le

hubiera gustado ser Estrellita Castro, aunque

piensa que aún tiene posibilidades de

conseguirlo. Pero es bastante feliz y está

satisfecha con la vida trashumante que le ha

tocado junto a Paulino; tampoco tiene

muchas ambiciones. En suma, es generosa,

simpática, tonta y lista al tiempo, un ser

humano de arriba abajo, apunta Narros.

En las ocho temporadas escénicas que hasta

la fecha ha impulsado el Teatro Cuyás, el

director madrileño Miguel Narros figura en

el primer lugar en el ranking de obras

dirigidas con cuatro montajes, Tío Vania, de

Chéjov (2002), Los puentes de Madison, de

Robert J. Waller (2002), El sueño de una

noche de verano, de William Shakespeare

(2003) y Doña Rosita la soltera, de García

Lorca (2005). Narros, que trabaja en el

Pirandello Así es, (si así os parece), que se

estrena en noviembre en la Sala Valle Inclán

del Centro Dramático Nacional, regresa

nuevamente dirigiendo en esta ocasión un

texto de José Sanchís Sinisterra conocido

por el gran público, ambientado en uno de

los episodios más trágicos y perturbadores

de la historia de España, la Guerra Civil.

¡Ay, Carmela! es uno de los textos de nuestro

teatro del siglo XX más interesantes, y seguirá

persistiendo como una obra de referencia en

el XXI. Habla de los sinsabores que le acontecen

a dos seres inocentes acorralados en un

momento difícil. Sanchís Sinisterra la

escribió con las vísceras, y en el texto dejó

clara su posición política con respecto a la

injusticia y a la sinrazón caótica de la

guerra. Está dirigida al corazón de los

espectadores. Fue escrita para remover la

memoria histórica de los españoles; con la

intención de plantear una reflexión sobre el

perverso sentido de los afectos y los odios,

cuando nos empeñamos en llevarlos hasta

situaciones extremas. Por eso no es una

comedia sobre la guerra, sino más bien sobre

la vida en tiempo de guerra.

Según Miguel Narros, la contienda nacional

fue una especie de garabato indeseable que

ha pervivido en una página del cuaderno de

la memoria de una generación de españoles.

La Guerra Civil Española fue un momento de

locura colectiva. De esas dos Españas ya no

queda nada afortunadamente. Lo único que

nos resta es el recuerdo sentimental, como el

que propone ¡Ay, Carmela! Si tuviéramos que

extraer una lección de esta obra es que los

españoles somos dados a entregarnos muy

épicamente a nuestros afectos y desafectos;

que las pasiones encendidas terminan por

devorarnos; que nuestro sentido trágico de la

existencia lo sobrellevamos mejor con el

humor, y que la tragedia de la guerra sigue

siendo un impudoroso hecho que deberíamos

superar pensando que fue un absoluto fracaso

fratricida para todos, aclara el director.

La primera versión de la obra ¡Ay, Carmela!

estuvo dirigida hace más de veinte años por

José Luis Gómez, que también contó con

Verónica Forqué en el reparto. Desde entonces,

el montaje no ha variado absolutamente

nada, según Narros, aunque tampoco puede

decirse que es la misma obra. Sobre la

película del mismo título protagonizada por

Carmen Maura y Andrés Pajares, y dirigida

por Carlos Saura, el director considera que

la diferencia entre una propuesta y otra es

que, en la versión teatral el público asiste a

una historia igual de conmovedora, pero

percibe enseguida que se trata de teatro

dentro del teatro y hecho por gente del teatro,

que incluye en el texto un homenaje a García

Lorca y a César Vallejo. En el formato

cinematográfico, Saura se centra en contar

ENTREVISTA

MIGUEL NARROS

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Santiago Ramos se pone por vez primera a

las órdenes de Miguel Narros en este sentido

¡Ay, Carmela!, obra en la que comparte

escenario con la dúctil actriz Verónica

Forqué. El intérprete salmantino de populares

series televisivas como Aquí no hay quien

viva, y películas como Los nombres de Alicia,

Sé infiel y no mires con quién, El lado oscuro

del corazón o El caballero Don Quijote,

asegura que el texto de Sanchís Sinisterra

contiene muchos homenajes y se acuerda

desde los inocentes que murieron en la

Guerra Civil hasta las Brigadas Internacionales,

pasando por García Lorca. No es en

absoluto un panfleto político. Está contado

desde el respeto y de una manera poética y

divertida, a pesar de su contenido trágico.

Desde su anterior montaje teatral, Share 38,

dirigido hace cinco años por Roberto

Santiago, el actor no se subía a las tablas.

Santiago encarna a Paulino, un ser que opta

por salvar su vida in extremis renunciando a

sus principios y traicionando su propia

dignidad. El montaje, a juicio de Ramos, se

inicia de una manera un tanto beckettiana y

se sucede oníricamente hasta concluir en

desolación en un epílogo que apela a la

vigencia de la memoria histórica. Es una

joya de texto y no me extraña en absoluto que

se esté convirtiendo en un clásico. Es teatro

popular y su sentido cómico hace que el

público sobrelleve la angustia y la tragedia

íntima de los dos personajes mucho mejor. Si

no fuera así sería durísimo. Ramos señala

que la utilización del recurso cómico en el

drama está muy vinculada a la tradición

española que, en el marco del teatro y su

dramaturgia, no se ha ocupado precisamente

en muchas ocasiones de la Guerra

Civil como argumento, si bien no sería justo

acordarnos aunque sólo fuera de un memorable

caso, el de Las bicicletas son para el

verano, de Fernando Fernán Gómez. No ha

sucedido lo mismo en nuestro cine. Precisamente,

el actor intervino en uno de los

largometrajes más divertidos que abordan el

tema de la contienda fratricida nacional, La

vaquilla.

Paulino es un hombre acobardado, asustado,

que huye… Es un perdedor, que está dispuesto

a rebajarse con tal de conservar su vida. La

inmensa mayoría seríamos paulinos. Su

carácter complaciente choca con el de

Carmela, que expresa la voluntad de vivir, la

espontaneidad, el afán de justicia, la dignidad

y el coraje. Paulino simboliza a los españoles

conformistas que estaban entre dos bandos y

lo que querían era salvar su pellejo, y

Carmela a la España valiente. Paulino

siempre es consciente de lo que está

sucediendo, y por ello su decisión es aún más

incomprensible. Para Ramos, la escena más

intensa por su emotividad de la obra es la del

fusilamiento. Es muy terrible y produce

sentimientos encontrados en el espectador,

que se queda estupefacto. Hay muchos otros

en los que percibo que se producen escalofríos.

Impresiona mucho también su epílogo, con

una llamada a la memoria.

Sobre su compañera de reparto, Verónica

Forqué, el actor se deshace en elogios. Es

una actriz muy versátil que ha equilibrado

exquisitamente las dosis de ternura y comicidad

en casi todas sus interpretaciones.

Trabajé con ella en Orquesta Club Virginia,

de Manuel Iborra, y Sé infiel y no mires con

quien, de Fernando Trueba. Siento por ella

una admiración y un cariño enorme, y nos

entendemos muy bien tanto sobre la escena

como fuera de ella. Tenemos en común la

búsqueda de lo cómico. Trabajar con ella está

siendo muy gratificante porque es una actriz

generosa sobre el escenario. También

Santiago Ramos sobre Miguel Narros,

director de ¡Ay, Carmela!, señala que es un

hombre muy imaginativo; un director con

muchos colores en la cabeza. Le ha restado

inteligentemente sordidez a esta puesta en

escena, y junto a Andrea D’Odorico han

alcanzado un realismo que no produce al

público una tristeza insoportable.

ENTREVISTA

SANTIAGO RAMOS

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Hace ahora veinte años, cuando escribía las últimas líneas de esta obra -con Carmela enseñando a los muchachos de las Brigadas

Internacionales a pronunciar los nombres del mapa de su muerte: Belchite... Aragón... España-, no podía yo ni imaginar que estas

palabras resonarían, con acentos muy diversos, en horizontes tan dispares como Uruguay, Turquía, Suecia, Brasil, México, Alemania,

Cuba, Inglaterra, Argentina, Bosnia, Francia, Chile..., y un largo etcétera.

Creía, sinceramente, haber escrito un texto humilde y barato para que mi modesta compañía de aquellos años, El Teatro

Fronterizo, recorriera las tierras de España recordando a mis olvidadizos compatriotas que, cincuenta años atrás, en 1936, las

fuerzas más oscuras y retrógradas de nuestra sociedad -tan vocingleras aún hoy- habían desencadenado una feroz guerra

fratricida, cuyas heridas no habían sido todavía restauradas.

Cuando estos objetivos -tan locales y circunstanciales- empezaron a verse desbordados por la realidad (recuerdo mis reservas ante

la primera solicitud de traducción -al francés-, aduciendo que el texto no se entendería fuera de este país), comprendí que el autor

es a menudo el que menos sabe de su obra. Y que, en definitiva, son los actores y las actrices quienes, con su cuerpo, su voz, su

energía, sus sentimientos..., arraigan los textos en el espacio y en el tiempo, con la atenta complicidad de sus espectadores. Son

ellos y ellas quienes, habitando y fecundando las frágiles palabras acurrucadas en la página, transformando la tinta en sangre,

hacen del teatro un arte sin fronteras. Eternos trashumantes, pertinaces apátridas, contrabandistas de sueños, no respetan los

límites políticos, culturales, económicos, lingüísticos..., ni tampoco las severas restricciones del calendario. Sí: hasta del tiempo se

burlan.

En estos veinte años transcurridos he tenido ocasión de ver algunas de estas extrañas transustanciaciones de Carmela, que parece,

efectivamente, no querer borrarse, no resignarse al olvido, esa segunda muerte de los muertos... Pero, sin desdoro de otras espléndidas

actrices que, tanto en España como fuera de ella -por no hablar de otros tantos magníficos Paulinos-, mi recuerdo preserva

nítidamente, debo confesar que la perspectiva de reencontrarme con la Carmela originaria, es decir, con Verónica Forqué, tiene

algo de insólito bucle temporal, de acontecimiento mágico. ¿A qué travieso tejedor de destinos debo agradecer tamaño regalo?

VEINTE AÑOS DESPUÉS

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La magia de los cuentos regresa a la carpa

del Teatro Cuyás de la mano de Profetas de

Mueble Bar, una compañía que mantiene

una acusada predilección por las propuestas

escénicas destinadas al teatro infantil.

Cuentos desde la Luna, la iniciativa pedagógica

que cada Navidad se pone en marcha en la

carpa exterior instalada en el patio del

Teatro Cuyás, propone en esta ocasión el

espectáculo de cincuenta minutos El gato

con botas y otros cuentos de Charles Perrault

(1628-1703), una cuidada selección de los

más populares relatos del autor francés del

siglo XVII.

Casi todos los cuentos celebérrimos tienen

un tronco común y muestran alguna

enseñanza ejemplar, por lo que, procedan de

donde procedan, se refieren a historias muy

similares que varían sobre todo en los

detalles, es decir, en el ajuste a las

características de cada país o región, pues

nos referimos a cuentos de tradición oral

que, como tales, han viajado por el mundo y

corrido de boca en boca adaptándose a cada

circunstancia allí donde eran escuchados y

reproducidos luego. Los cuentos populares

no son necesariamente infantiles y, si lo son,

se debe sobre todo a su valor simbólico. Pero

sí que conviene leerlos o escucharlos con

mentalidad infantil, o mágica si se prefiere,

pues lo que a ojos realistas es una historia de

extrema crueldad, por ejemplo, para el niño

es simplemente una sugestiva historia cuyo

último fin es ordenar los símbolos del

mundo.

Claudio, Expósito y Don Polito nuevamente

serán los simpáticos personajes que

introducirán a los más pequeños en los

cuentos de Perrault, creador entre otros de

Caperucita Roja, La Cenicienta, Barba Azul

y La Bella Durmiente, cuentos que han

vencido al tiempo llegando hasta nosotros con

la misma frescura y espontaneidad en que en

un lejano día fueron escritos, después de

recopilados de la tradición oral o de leyendas

de exótico origen. Cuentos morales,

indudablemente, pero llenos de un encanto que

perdura y que hace que nos preguntemos

cómo es posible que esas pequeñas y deliciosas

historias, narradas con un lenguaje sencillo,

pudieran germinar para continuar siendo, a

través de los años, las lecturas favoritas de

nuestra infancia, señala Fernando Navas,

miembro de Teatro Alegre, la versión

infantil de la Compañía Profetas de Mueble

Bar.

Formar y divertir con sencillez es el objetivo

básico de Teatro Alegre, que se ha propuesto

acercar los cuentos y fábulas de los grandes

autores europeos a los más jóvenes, desde

Andersen a los hermanos Grimm, pasando

por Galdós. El montaje en esta ocasión sitúa

a Claudio, Expósito y Don Polito en el curso

de una investigación en la que irán encontrándose

pistas significativas como el zapatito

de cristal o la caperuza roja, que les indicarán

finalmente que están en la casa de Perrault. A

través de esos elementos los niños advertirán

que el propietario de esos objetos es el señor

Charles Perrault. El gato con botas es el

cuento alrededor del que se cohesiona todo el

montaje. Pretendemos que el niño descubra

que el conocimiento te dota de sabiduría para

enfrentarte a la vida; explicar el mecanismo

interno del teatro y su proceso de construcción

creativa; transmitir valores de solidaridad,

respeto, tolerancia…

Navas apunta que si bien el cuento como

género se libera de la obligación moral que

de alguna manera implica la fábula, también

éste pretende ofrecer claves a los niños para

que interpreten el mundo. Los niños y

adolescentes manifiestan su hambre y deseo

de conocimiento. Lo que debemos hacer los

adultos es estimularlo y canalizarlo adecuadamente.

Les sorprende que puedan compaginar

un proceso de aprendizaje con otro de

diversión. El gato con botas es el cuento que

se desarrolla con mayor complejidad, aunque

otros como La Cenicienta, La Bella

Durmiente o Caperucita Roja, van a estar

apuntados durante el montaje, explica el

actor.

Otro de los capítulos que interesa a Profetas

de Mueble Bar es el tema del miedo.

Perrault, por ejemplo, no salva a Caperucita

Roja en su cuento. Son los hermanos Grimm

quienes más tarde la liberan del lobo feroz

malvado en su versión del cuento, introduciendo

los personajes del cazador y la abuelita. El

miedo siempre ha cumplido en el cuento una

función, no sólo narrativa, sino aleccionadora,

ya que la función del relato es la de

prepararnos para ser mayores. El cuento es

una forma que encuentran los adultos para

explicar a los niños los códigos sociales, sus

ventajas, inconvenientes, normas y peligros.

El lobo simboliza el peligro real en una época

en la que perderte en una zona boscosa

cercana al poblado suponía acabar devorado

por un oso o un lobo hambriento. La valentía,

la generosidad, el amor, la astucia…, son

valores que se defienden en los cuentos, así

como las trampas del mal son presentadas

como aviso para evitar sus posibles consecuencias.

Dirigido a un público familiar, el montaje de

Profetas de Mueble Bar alrededor de los

cuentos de Perrault, es una ocasión para

compartir con los hijos una sensación única.

Recomendamos que los padres vayan con sus

hijos. Pasar media hora larga divirtiéndote

con tu hijo, es enriquecedor y posiblemente

constituya la base de unos recuerdos

imborrables, que ayudan a crear el vínculo

familiar. Los bebés disfrutarán con los

sonidos, el color, las formas, el ritmo…,

mientras que los más grandes lo harán con la

trama, el desarrollo, el uso del lenguaje…

Cada uno encontrará una materia con la que

disfrutar de este montaje, concluye Fernando

Navas.

De cualquier manera, todos los que

seguimos siendo niños, tenemos la

sensación de que todas las historias se

contaron ya una vez, quién sabe en qué edad

de oro perdida en el tiempo, y desde entonces

las venimos leyendo generación tras

generación, usándolas y repitiéndolas

siempre con sorpresa y sin que parezcan

sufrir desgaste alguno, como conviene al

hecho de ser, además de ejemplares, esenciales.

EL GATO CON BOTAS Y OTROS CUENTOS

DE PERRAULT

SUGESTIVOS RELATOS QUE ORDENAN LOS SÍMBOLOS DEL MUNDO

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LA BELLA DURMIENTE

UNA OBRA MAESTRA QUE VIVE DESDE HACE UN SIGLO EN TODOS LOS ESCENARIOS DEL MUNDO

cualquier obstáculo, se asoma con igual

fuerza a medida que se desarrolla la trama.

Según el argumento del ballet ambas fuerzas

luchan durante toda la obra hasta que por fin,

en un apoteosis final, el bien prevalecerá

sobre el mal. La cantidad y variedad de los

personajes de este cuento de hadas, por

medio de la caracterización musical de todos

los protagonistas, posibilitaron al coreógrafo

Marius Petipa la aplicación y la profundización

de sus bailes. Las danzas muy

inquietas y vibrantes de los protagonistas y

de los conjuntos, facilitaron la demostración

del talento extraordinario del gran maestro.

Muchos son los que siguen opinando que

musicalmente las obras La Bella Durmiente y

El Lago de los Cisnes, todavía no han sido

superadas en su intensidad melódica y en su

brillo instrumental. Compuestas en estrecha

colaboración con el coreógrafo Marius

Petipa, representan el primer intento de

Chaikovsky de utilizar música dramática

para danza después del ballet operístico del

compositor alemán Christoph Willibald

Gluck.

El Ballet Nacional de Rusia Renaissance, que

preside honoríficamente Maya Plisetskaya,

nos acerca antes de que finalice el año a la

suculenta grandiosidad de una obra maestra

de referencia y de connotaciones míticas, La

Bella Durmiente. Creado en 1888 y basado en

los cuentos de hadas del escritor Charles

Perrault, este ballet que se desarrolla en tres

actos con prólogo, fue concebido musicalmente

por Piotr Chaikovsky y coreografiado

por Marius Petipa, que compartió autoría del

libreto con el que fuera director de los

Teatros Imperiales Rusos, Ivan Vsevolozhsky.

Fue estrenada en el Teatro Mariinsky de San

Petersburgo el 3 de enero de 1890. Valery

Anuchin dirige al Ballet Nacional de Rusia en

esta pieza en la que participan más de una

veintena de personajes. Reinas y reyes,

príncipes, hadas, brujas, viven y vibran

dentro de este ballet que desde hace un siglo

se representa en todos los escenarios del

mundo, en innumerables versiones, sea en

uno o varios actos, en forma modernizada o

clásica.

El Teatro Cuyás ha optado en las señaladas

fechas de finales de diciembre por el Ballet

Nacional de Rusia Renaissance, surgido en

1998 en Moscú. Sus creadores, el coreógrafo

Valery Anuchin y la directora artística Alsu

Kondroleva, realizaron una exigente selección

de bailarines entre artistas procedentes de las

escuelas de ballet más importantes de Rusia,

desde Moscú a Bakú, pasando por Perm, Ufa

o Voronezh y Krasnoyarsk.

A pesar de su aún corta trayectoria, este

ballet ha actuado en los escenarios

principales de la capital moscovita, como el

Teatro Bolshoi, así como en otras numerosas

ciudades de la confederación. Asimismo ya

ha realizado giras internacionales por

EE.UU, Israel, Suiza, China y la India, en

donde ha presentado su variado repertorio

en títulos y géneros.

En La Bella Durmiente se presentan dos

temas capitales: uno es la bondad, personificada

por el Hada Lila, y otro la maldad,

encarnada en la maligna Hada Carabosse,

aunque el poder del amor, que vence siempre

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gZeZgidg^dXa{h^XdYZaVYVcoV

ACTO I

En el palacio del Rey Florestán se celebra el baile del bautizo de la princesa Aurora. Es un día feliz y el rey no quiere que nadie falte a la cita, por

lo que pregunta al maestro de ceremonias Calatabut, si se ha acordado de enviar puntualmente todas las invitaciones. Deseándole suerte y

felicidad, las Hadas Madrinas entregan los regalos a la princesa. Pero la fiesta se estropea por la aparición de la malvada Hada Carabosse, a la que

Calatabut olvidó invitar. Sumida en la furia, Carabosse predice el futuro de la pequeña princesa: al cumplir los 16 años, Aurora se pinchará con

una aguja y morirá. El Rey ordena entonces destruir todas las agujas del reino bajo la amenaza de ejecutar a cualquiera de sus súbditos que osara

conservar alguna.

Dieciséis años después, cuatro mujeres son sorprendidas haciendo punto con sus agujas. El Rey ordena su ejecución, pero la petición de clemencia

de la Reina en el día del cumpleaños de la princesa Aurora, las salva de la muerte. Mientras tanto, al baile de cumpleaños llegan cuatro príncipes

que pedirán la mano de la princesa, quien baila con cada uno de ellos. Durante la fiesta una anciana se acerca a Aurora y le regala un ramo

de flores entre las cuales está escondida una aguja con la que la princesa se pincha un dedo, falleciendo al instante. La bruja Carabosse ha

cumplido su promesa desapareciendo entre risas de palacio. Todos lloran la muerte de la princesa. Es entonces cuando el Hada Lila transforma

la muerte de la princesa por un profundo sueño que durará 100 años.

ACTO II

Cien años después, el príncipe se encuentra con su séquito de cacería, cuando en un lindero de palacio coincide con el Hada Lila, quien lo sume

en un sueño en el que acierta a ver a la bellísima princesa Aurora. Baila con ella y se enamora, pero aparece el hada mala Carabosse y secuestra

a la princesa llevándola a la fuerza a su castillo. El príncipe deberá abrirse camino con su sable hasta llegar al lecho de Aurora, a la que despierta

de un beso venciendo así la malvada maldición.

ACTO III

Empieza la gran fiesta de la boda de la Princesa Aurora. Aparte de los cortesanos, a la fiesta están invitados muchos personajes de los cuentos de

Charles Perrault.

UN PROFUNDO SUEÑO CON FELIZ DESPERTAR

La entrega del musical canario por excelencia de la compañía

Zalakadula, producido en la época de Reyes, se nutre a

modo de revival de los mejores momentos y temas

musicales contenidos en los tres últimos montajes, El

laberinto de los sueños, Cumpleaños Feliz y Paparruchas

Park. Coproducido por el Teatro Cuyás, el Ayuntamiento de

Las Palmas de Gran Canaria y Lunablanca Producciones,

Zalakadula Circus también cuenta con la colaboración de las

empresas Danone y Movistar.

Con el objeto de consolidar la citada producción musical, el

estreno estas Navidades de Zalakadula Circus está

programado en los dos teatros más importantes de ambas

capitales canarias, el Guimerá de Santa Cruz de Tenerife

(diciembre) y el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran

Canaria (enero), espacio escénico dependiente del Cabildo

de Gran Canaria, entre diciembre de 2006 y primera semana

de enero de 2007.

Según explica el actor Luifer Rodríguez, director artístico

del musical, el concepto de circo como puzzle de escenas,

llena en esta ocasión la propuesta. Queremos recuperar el

estilo de concierto animado, que es el sello por el que nos

caracterizamos desde que, ya hace doce años, comenzamos

nuestra andadura. La producción vuelve a contar con el

equipo artístico habitual de las últimas entregas: dirección y

arreglos musicales a cargo de Germán G. Arias; Natalia

Medina en las coreografías; Carmen Sánchez como actriz y

Directora de Actores; Paqui Benavides en el vestuario;

Antonio Lorenzo en la dirección de producción y Luifer

Rodríguez como showman y director de la compañía.

Además, se suman nuevas incorporaciones como José

Manuel Guerra en la iluminación y Clemente García en el

diseño de la escenografía. El elenco artístico de Zalakadula

Circus lo integran los cantantes Elena Álvarez, músicos de la

talla de Paco Marín o Héctor Salazar, y actores y bailarines

seleccionados en el casting regional que se llevó a cabo en las

dos capitales canarias, y con el que la compañía ha

descubierto nuevos valores. Este año la compañía introduce

la marioneta como nuevo elemento escénico. De la mano de

Roberto Pérez y Begoña Ramos, las marionetas de Entretíteres

también nos harán disfrutar de su loco mundo de infinita

imaginación.

Zalakadula Circus narra la historia de un payaso mayor ya

retirado, que revive su vida artística al volver a la ciudad que

lo vio nacer, en la que recuerda con nostalgia sus

innumerables viajes a través del mundo con las funciones

del circo con las que provocó las sonrisas de grandes y

pequeños. Bailarines, actores, cantantes, malabaristas,

clowns, animadores, marionetas…, son los instrumentos

que lucirán en este circo animado de Zalakadula, concebido

como un espectáculo multidisciplinar en donde todos serán

protagonistas, y en donde la familia podrá disfrutar unida de

una fiesta en la que cantar, bailar y reír será todo un espectáculo,

según explica Luifer Rodríguez.

Con este hilo argumental la compañía irá desgranando los

temas propios producidos en los últimos años, y que figuran

en las dos producciones discográficas que han editado, a las

que se suman clásicos divertidos y nuevas canciones, como

La canción del payaso y Obertura, creadas ex profeso para el

espectáculo navideño.

ZALAKADULA CIRCUS

CON USTEDES, EL ESPECTÁCULO MUSICAL MÁS ANIMADO DEL MUNDO

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YZaVXdbeVŠ†V

Después de una vida recorriendo el mundo repartiendo sonrisas, el famosísimo payaso Evelino Ornúfar, más conocido

como el Gran Payaso Ornúfar, vuelve ya retirado a Tamarania, su ciudad natal. Recorre sus calles y llega hasta el solar

en donde cada año tenía lugar el evento más importante: el circo. Hace mucho ya que éste no visita su ciudad, quizá

porque ya los padres y los niños ya no le prestan la misma importancia que cuando él era pequeño. Ahora existen otros

modos de diversión: el cine, la playstation, internet, la realidad virtual, la televisión, etcétera.

Evelino, triste, contempla aquel lugar desierto y comienza a recordar los momentos más felices que él vivió allí. Desde

el cielo, la Maga de la Luna lo mira compasivamente y decide actuar, pues entiende que después de haber dedicado toda

su vida a regalar sonrisas, bien merece un regalo especial. Con su magia consigue entonces que todo cobre vida. Los

personajes que habitan el solar, pájaros, vecinos, el duende de los grillos y demás fieras, convierten ante sus ojos todo

aquello en un circo muy especial: El circo de sus recuerdos.

Y de repente, los mejores momentos de su vida comienzan a fluir mágicamente ante él. Sólo tiene que dejarse llevar,

un mundo de ilusión y de esperanza vuelve a hacer brillar su sonrisa como en sus mejores tiempos. Evelino Ornúfar

decide entonces dar su última y más genial función, llamando a la pista a sus personajes más tiernos y divertidos: el

primo Luis, el duende de los grillos, Mohamed Negrín, María la Vendedera, el Famoso Repostero Hernán Croissant y

otros más. ¡Bienvenidos al circo más animado del mundo!

EL CIRCO DE LOS RECUERDOS DEL PAYASO EVELINO ORNÚFAR

TRES VERSIONES DE LA VIDA

Tres versiones de la vida empieza a construirse a partir de

una situación embarazosa: Enrique y Sonia, sus protagonistas,

se deciden a invitar a cenar a Inés y Humberto, un

científico influyente, con la idea de que éste pueda ayudar a

Enrique a publicar un artículo en una importante revista, el

Astrophysical Journal, que podría catapultarlo profesionalmente.

Los anfitriones cuidan los detalles de la velada y

piensan detenidamente el menú, cuando suena inesperadamente

el timbre de la puerta: son sus invitados que se han

presentado con veinticuatro horas de antelación. Por si fuera

poco el contratiempo, Humberto comunica a Enrique que la

mencionada revista científica acaba de publicar un artículo

sobre el mismo tema en el que lleva investigando desde hace

tres años. A partir de esta trama, Yasmina Reza construye su

fresco desconcertante, el fingido viaje a ninguna parte de

estos seres bondadosamente malvados, llenos de pretensiones

que nunca acaban de resolverse.

Cuando un texto teatral está bien engrasado, la mirada del

dramaturgo ya no sólo se extiende a sus personajes y a su

mundo inventado, sino que también parece traspasar el

aparente abismo que separa el escenario del patio de

butacas. No sólo para invitarnos a mirar esos misterios y

abismos que observa con la misma desapasionada ironía

con la que él lo hace, sino también para motivarnos a mirarnos

a nosotros mismos. El buen autor deja al descubierto

nuestros miedos, nuestras vergüenzas secretas, y Yasmina

Reza es una excelente dramaturga que escribe con una

maliciosa sonrisa de comprensión en su rostro.

Tres versiones de la vida es la quinta obra de la dramaturga,

novelista y actriz francesa Yasmina Reza, una autora

relativamente conocida que tras su aplaudido éxito Arte,

escrita en 1994 y traducida a 35 idiomas, se ha convertido en

toda una celebridad a nivel internacional. Esta ácida

comedia sobre nuestras impotencias, la soledad de los seres

humanos y las mezquindades cotidianas en la que Reza

vuelve a indagar en las tensiones de las relaciones sentimentales,

aunque esta vez centradas en los conflictos de pareja y

entre colegas, se estrenó hace seis años de manera simultánea

en Viena, Londres, Atenas y París, ciudad en la que la

propia autora encarnó el papel de Inés, una de las dos

mujeres que figuran en esta pieza que nos ofrece tres bocetos

de la misma idea.

Los cuatro personajes de este montaje lleno de sutilezas de

Yasmina Reza son mujeres y hombres perdidos, orgullosos y

divertidos, pero que intentan vivir a pesar de todo. Natalia

Menéndez dirige a Silvia Marsó (Sonia), Carmen Balagué

(Inés), José Luis Gil (Enrique) y Joaquín Climent

(Humberto), los protagonistas de esta comedia de tresillo,

humor refinado e inteligente y alta temperatura emocional,

que vislumbra el universo íntimo y el compromiso

indiscutible de la autora con su tiempo. Con una mirada

lúcida y contemporánea, ingredientes siempre presentes en

el trabajo de la novelista francesa, Tres versiones de la vida se

pasea con soltura por temas como la seducción y el poder,

las influencias, y la búsqueda del éxito más allá de todo

sacrificio.

CUATRO PERSONAJES SE CITAN CON SUS INSTINTOS Y VENENOS ÍNTIMOS

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Tres versiones de la vida no concluye en un happy end; más bien en

una absoluta soledad. Por eso deja desconcertado e inquieto al

público. Yo quiero defender ese desconcierto y por eso no lo he

intentado aplacar. La obra tiene una dramaturgia que no va in

crescendo; al revés, va fragmentándose y descomponiéndose. Seguro

que provocará debate entre los espectadores a la salida del teatro. La

moraleja: No deberíamos obsesionarnos por el éxito, sino por estar a

gusto con quienes estamos y donde estamos. Por intentar valorar a las

personas y las cosas cercanas que nos interesan. Todo eso forma parte

también de la vida. Menéndez señala que en la obra hay dos tipos de

mujeres bien definidos, que interpretan Silvia Marsó (Sonia) y

Carmen Balagué (Inés). Las dos saben que mantienen con sus parejas

una frágil relación acosada por múltiples agujeros. Una se pregunta

por el sentido de la vida y la otra ambiciona el mejor estatus para su

marido, pero las dos padecen soledades y emociones; temen a la

soledad y a la ruptura.

Me interesa el teatro, sea clásico o contemporáneo, siempre que pueda

aportar algo cuando lo dirijo. Esta filosofía le ha permitido acomodarse

a las propuestas escénicas tan dispares que últimamente le han

ofrecido y que han venido jalonando su trayectoria como directora.

De Roland Topor a Yasmina Reza, y de José Zorilla a Guillén de

Castro. Prueba de ello es el último trabajo que se trae entre manos

para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y que combina

comedia y tragedia, El curioso impertinente, de Guillén de Castro,

que se estrenará a principios de febrero en Alicante. Mi fórmula es

la pasión que imprimo a cada uno de los proyectos que me ofrecen. No

me gustaría quedarme anclada en nada, ni ser defensora sólo de un

estilo o género. Hay que estar abierta a todas las posibilidades y

preparada para atravesar todas las puertas mentales.

No opina que se dirija desde ninguna otra sensibilidad siendo

mujer, pero sí siendo actriz antes que directora. Conoces la fragilidad

del actor porque las has padecido y sentido. Conoces las técnicas

y recursos… Existe un texto que se llama Tres versiones de la vida, y

sólo la inteligencia y la sensibilidad de cada persona al dirigirlo –sea

hombre o mujer- determinará el matiz de las diferencias.

La pasada temporada dirigió la coproducción del Teatro Cuyás, El

invierno bajo la mesa, un delicioso cuento de Roland Topor. La

actriz y directora Natalia Menéndez se atreve ahora con la ácida

comedia Tres versiones de la vida, la quinta obra escrita por la

dramaturga francesa Yasmina Reza, que alcanzó su máxima

consideración como autora teatral cuando su obra Arte la

transformó en una celebridad a nivel mundial. Natalia Menéndez

reconoce que dirigir Tres versiones de la vida tras el espectacular

éxito de Arte ha sido un reto. No me había percatado de ese desafío

hasta que descubrí la ansiedad con la que todo el mundo aguardaba

otro texto de Reza.

El planteamiento que formula Reza en Tres versiones de la vida es

parecido al empleado por Raymond Queneau en Ejercicios de estilo,

en el que se nos propone la manera de contar 99 historias de forma

distinta. Hablamos al fin y al cabo de una anécdota narrada de tres

maneras, utilizando tres corrientes estéticas también diferentes: el

vodevil, el pulso trágico de Ibsen y Chèjov (la corriente materna de

Yasmina Reza), y la abstracción del teatro contemporáneo. Los textos

de la autora francesa proponen distintas capas de interpretación. Son

como un pantano en el que no sabes nunca lo que se esconde bajo el

lodo. Los temas de la función se refieren a la fragilidad del éxito, la

educación, las reglas de la sociedad competitiva, las tempestades de la

pareja, la manipulación del poder… Me interesaba mostrar el frágil

equilibrio que se produce no sólo entre las dos parejas que protagonizan

la obra, sino entre cada uno de los seres que se sacuden sin piedad

en el cuadrilátero en el que se convierte el escenario. Yasmina Reza

siembra entre sus personajes un desconcierto que traslado al público.

Yasmina Reza (París, 1959), hija de una violinista húngara judía y de

un ingeniero ruso de origen iraní, es autora de un teatro, según

Natalia Menéndez, que mantiene una vinculación con las corrientes

del norte (La travesía del invierno o Conversaciones después de un

entierro van por esa línea) y no renuncia al teatro comercial burgués

de vertiente contemporánea. Su teatro habla de las relaciones del ser

humano. Sus textos contienen muchas preguntas y no ofrecen ninguna

respuesta. Su manera de entender la vida no es muy alegre precisamente,

aunque puede decirse que disipa su aparente pesimismo con

buenas dosis de humor.

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NATALIA MENÉNDEZ

ENTREVISTA

Para la actriz Silvia Marsó el montaje de

Yasmina Reza, Tres versiones de la vida, apela

a nuestros infiernos íntimos y a nuestros

espíritus vulnerables. La misma historia se

cuenta de tres maneras diferentes y los

personajes alternan sus suertes y desgracias.

Yasmina Reza, la dramaturga europea de

moda, concede tres oportunidades a los

cuatro personajes de esta comedia sulfúrica

para modificar sus destinos, en la que Silvia

Marsó interpreta a Sonia, la esposa de

Enrique (José Luis Gil). Según Marsó, la de

actriz es una de las profesiones más enriquecedoras

que existen actualmente. Sientes,

descifras, entiendes, justificas y razonas cómo

otro ser humano se comporta en el mundo. Soy

feliz cuando interpreto porque el teatro te

proporciona muchos matices sobre lo que es la

vida. Me hago más persona cada vez que

interpreto a un personaje. Desde hace tres

años, en su nueva dimensión de empresaria y

productora, Silvia Marsó elige los textos que

le inquietan y le gustaría ver como espectadora.

Aquí no paga nadie, del italiano Darío

Fo, y Tres versiones de la vida, han sido sus

dos apuestas iniciales como productora.

Comparte la gira de la obra de Reza con el

rodaje del nuevo filme del autor de Mater

amatísima, Toni Salgot, Tango way.

Una de las conclusiones que puede extraer el

público de esta pieza es que el destino, para

Yasmina Reza, no existe, sino que más bien la

actitud y el coraje que los seres humanos

muestran ante la vida es la que determina su

sino y transcurrir. Es una comedia ácida que

apela al humor inteligente e irónico, que

retrata un tipo de sociedad actual, la del

bienestar burgués de los países europeos entre

los que se encuentra España. Retrata esa

sociedad, pero también sus carencias. Por eso

es tan cercana al espectador. La obra también

juega con la idea de las paradojas tan propias

de esta aldea globalizada que nos obliga a

llegar a la cima lo antes posible y por el medio

que sea. Las dos parejas están formadas por

individuos que son capaces de estudiar el

cosmos y el universo, pero son incapaces de

analizar y desentrañar su microcosmos

doméstico: entenderse con su pareja y sus

hijos. En esta sociedad que no carece de nada,

resulta que los seres estamos desamparados; la

aldea global de las comunicaciones en redes

contrasta con los procesos cada vez más

frecuentes de incomunicación, etcétera.

Sonia es esposa de Enrique, una mujer

honesta e íntegra, con un gran sentido de la

justicia. Defiende a su marido en cada una de

las tres versiones y por él es capaz de enfrentarse

a quien sea, aunque las artimañas que

algunas veces emplea jamás las utilizaría yo

en la vida real. Como contrapunto se sitúa el

personaje que encarna Carmen Balagué

(Inés), una desgraciada que vive a la sombra

de su marido; una mujer llena de frustraciones

que debe entregarse al alcohol y a los

ansiolíticos para vivir su existencia. Para

Silvia Marsó no existen sutilezas femeninas

en el texto de Yasmina Reza. La dramaturga

francesa habla de la sociedad constituida por

hombres y mujeres indistintamente, de los

seres humanos. Lo que sí es verdad es que

retrata dos tipos de mujeres totalmente

distintos y vigentes: la mujer que vive a la

sombra de un hombre poderoso, que aguanta

incluso el maltrato psicológico por no perder

su estatus, y la otra que se posiciona de igual a

igual con su marido en el tejido social y es

capaz de luchar para mantener su dignidad y

la de su pareja. Con los personajes que la

actriz ha interpretado hasta la fecha cuenta

que siempre le sucede lo mismo: siempre

defiendes una parte de ellos y otra te resulta

extraña, ajena e incómoda, como un traje en

el que no terminas de encontrarte a gusto.

El teatro de Yasmina Reza posee para Marsó

más mensaje que el que uno pueda

imaginarse. Nosotros seguimos descubriendo

cosas aún sobre la escena. Es un puzzle en el

que cada frase va completando el mosaico.

Está llena de matices, de reflexiones, ironía

cotidiana… Reza es una autora contemporánea

que se arriesga siempre en sus

propuestas con estructuras dramáticas que no

son corrientes; por eso su teatro es distinto a

todo el que se está haciendo en Europa. Para

los actores es un privilegio poderla representar.

Este teatro te proporciona un prisma más

amplio y enriquecedor sobre la vida y el ser

humano.

SILVIA MARSÓ

ENTREVISTA

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Zcg^fjZXZYdgZhhdWgZaVk^YVÇ

Desde las primeras conversaciones con

Natalia Menéndez para el desarrollo de los

espacios sonoros de Tres versiones de la vida

nos quedó claro que el texto de Yasmina Reza

requería una música contemporánea y

original, que se amoldara a la personalidad

de lo que ocurría en el escenario. El propio

texto escondía la pista clave sobre el camino a

seguir.

Si sobre el escenario se nos iba a presentar la

misma historia abordada de tres maneras

distintas, lo más natural sería adornarlas con

la misma composición arreglada e

interpretada de tres maneras diferentes. O a

lo mejor debería decir cuatro, ya que nos

faltaba la versión original, aquella que

sirviera de punto de partida para elaborar el

resto. ¿La solución? Álvaro; ese niño que en

la obra no se ve pero que en todo momento

está tan presente iba a ser el encargado de

marcar las pautas a seguir en lo musical.

Conjuntamente con Kenneth Suárez, cuya

labor al frente del grupo de pop electrónico

Link merece ser destacada, elaboramos una

composición de carácter infantil que en la

obra es referida como la música de Tod y

Toby... Nuestras horas pasadas frente al

televisor viendo Barrio Sésamo fueron

fundamentales para arreglar el tema de

Álvaro (sí, lo admito, esas voces apitufadas

que se escuchan en esa versión somos

Kenneth y yo, con la ayuda de Cristina

Zarallo, quien también canta con mucha más

clase en la versión que abre la obra).

El resto fue marcado por nuestra percepción

de lo que sucedía en cada una de las versiones:

para abrir tenemos un arreglo aséptico,

casi de sitcom norteamericana, que no nos dé

muchas pistas sobre lo que vamos a ver a

continuación; la segunda versión es agresiva

e inquietante, reflejo de las tensiones que van

a tener lugar en escena; y la tercera (un vals

en el que contamos con la contribución de

Carlos Marrero al violín y Fran Alonso a la

flauta) nos abre paso a un mundo idílico y de

fantasía, donde la sinceridad y el afrontar las

cosas de manera natural contribuye a

mejorarlo todo.

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MÚSICA PARA

MATIZAR LA VIDA

Y SUS VERSIONES

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El método Grönholm posiblemente constituya

el mayor éxito del teatro español de los

últimos años junto al caso de Arte, de

Yasmina Reza. Se ha estrenado en una

quincena de países y se ha mantenido por

tercera temporada en las carteleras madrileñas

y barcelonesas con dos elencos de

diferentes actores, hasta que sus productores

se han decidido a circuitarla ahora por los

principales escenarios del país. Tal ha sido su

empuje, que el pasado año el director

Antonio Piñeyro trasladó al cine el

argumento de esta pieza que enfrenta a

cuatro candidatos a un despiadado proceso

de selección de personal para una multinacional.

Interpretada por Carlos Hipólito, Cristina

Marcos, Jorge Roelas y Eleazar Ortiz, el

inteligente texto escrito por el dramaturgo

catalán Jordi Galcerán (1964), posee a juicio

del propio autor ciertos puntos de concomitancia

con Palabras encadenadas, una pieza

suya de 1995. Si Palabras encadenadas quería

hablar de la crueldad en las relaciones

sentimentales, El método Grönholm pretende

hablar de la crueldad en las relaciones

laborales. Y quiere hacerlo tomando como

excusa uno de los procesos más crueles que se

viven en el mundo laboral: una selección de

personal, señala Galcerán. De estos pequeños

efectos colaterales del capitalismo es de lo que

habla esta comedia.

Dirigida por la británica Tamzin Townsend,

que dirigió la pasada temporada el Shakespeare

coproducido por el Teatro Cuyás A vuestro

gusto, así como Palabras encadenadas, la

comedia, cuyo texto Galcerán tardó seis años

en escribir a partir de una noticia publicada

en la prensa que llamó poderosamente la

atención del dramaturgo, se construye a base

de diálogos fulgurantes y situaciones que

cambian de rumbo en el instante más

inesperado por el público. La idea de la obra

nace de una anécdota real. En una papelera de

Barcelona se encontraron una serie de

documentos en los que un empleado del departamento

de personal de una cadena de

supermercados había anotado sus impresiones

sobre las posibles candidatas a un puesto de

cajera. Los comentarios estaban llenos de

frases machistas, xenófobas y crueles del tipo

gorda, tetuda, moraca, no sabe ni dar la

mano, voz de pito, parece idiota, etcétera.

Aquel empleado, escudado en la sagrada

misión que le había sido encomendada, se

creía con derecho a emitir y poner por escrito

aquellas sandeces sobre una serie de personas

a las que no conocía de nada. El hecho de

tener el poder para otorgarles o no un trabajo

le legitimaba para ser cruel, implacable.

Imaginé a esas pobres chicas intentando dar

una buena imagen de sí mismas, una imagen

empresarialmente correcta, intentando hacer

lo que creían que se esperaba de ellas, dispuestas

a soportar incluso pequeñas humillaciones

para conseguir ese trabajo que necesitaban,

explica el autor del texto.

Eso es lo que hacen, llevándolo hasta el extremo,

los personajes de El método Grönholm,

porque no importa quiénes somos ni

cómo somos, sino lo que aparentamos ser. En

la funcional oficina en la que se desarrolla la

acción de la comedia, tres hombres y una

mujer se enfrentan ferozmente entre sí en

una prueba final para obtener un puesto de

trabajo en una empresa. Envuelto en ese

juego está el espectador, que termina preguntándose

quién juega con quién y, en definitiva,

quién juega con nosotros. Las situaciones

límite se producen sobre la escena con

notable ritmo y credibilidad, permitiendo las

reacciones de los entrevistados como meros

conejillos manipulados y encerrados literalmente

en una atmósfera claustrofóbica, cuya

escenografía ha sido diseñada por Gabriel

Carrascal.

La idea del juego como metáfora de las relaciones

humanas, siempre presente en mis obras,

se convierte en ésta en un referente absoluto.

Formalmente, la pieza juega a todos los niveles

posibles: los personajes juegan entre sí y el

público es invitado a participar con ellos, a

intentar descubrir con ellos la verdad y la

mentira, si eso es posible, señala Jordi

Galcerán. Todas las pruebas a las que son

sometidos los aspirantes, por increíble que

parezca, están inspiradas en técnicas reales de

selección de personal, documentadas de los

sesudos volúmenes escritos por especialistas

del tema. Lo único que hace la obra es llevarlas

hasta el extremo sin ocultar la comicidad que

llevan implícitas.

EL MÉTODO GRÖNHOLM

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¿EL TRABAJO DE TU VIDA?

Regresa nuevamente a Gran Canaria tras su pasada

dirección de la coproducción del Teatro Cuyás, A

vuestro gusto, con la que demostró que Shakespeare

puede llegar a ser una jovial y gran divertida

celebración del amor. La británica Tamzin Townsend,

que reside desde 1992 en Barcelona, ha convertido un

texto inteligente de su amigo Jordi Galcerán (del que

anteriormente había dirigido Palabras encadenadas)

en un éxito teatral, que ha traspasado los escenarios de

Madrid y Barcelona para estrenarse desde Finlandia a

Argentina, y próximamente en Londres.

El texto de El método Grönholm es un texto casi

perfecto que funciona como un reloj. Tiene una trama

ágil, divertida y todos sus personajes están excelentemente

construidos. Curiosamente funciona en todos los

idiomas y se adapta sin estridencias a las realidades de

los países occidentales, porque se ocupa de un tema

cercano y común que padecen todas las sociedades

avanzadas: la competitividad. Según la directora, los

personajes tan dispares de la obra también permiten al

público solidarizarse siempre con la realidad

planteada por alguno de ellos. Está el más clásico que

interpreta Jorge Roelas; la única mujer, Cristina Marcos,

una ejecutiva de carácter que será capaz de anteponer

su progresión profesional a su familia; Carlos Hipólito,

que interpreta a otro agresivo aspirante, y Eleazar Ortiz,

el joven en discordia por el puesto de la multinacional,

los cuales irán pasando sucesivamente una serie de

pruebas a la cual más complicada y extraña.

Townsend confiesa que dirigir El método Grönholm

era llevar a cabo la prueba más fácil del mundo. El texto

–repite- está muy bien escrito y posee un ritmo interno

que facilita mucho las cosas a cualquier director. Es muy

difícil dirigir mal El método Grönholm. A veces

cuando te proponen un texto lo lees y te pasas días y días

intentando imaginarte su desarrollo desde la dirección.

No es el caso de éste. Además, cuento con un reparto

impecable. Todo ha sido un regalo. Nunca había

dirigido una obra con un recorrido de tres temporadas

en cartel y que siguiera interesando todavía al público.

Para la directora, esta obra tiene similitudes con el

género de la comedia, pero bien podría ser también

una especie de reality show. Hay cámaras que vigilan y

un gran hermano permanece fuera de la sala en la que

se efectúa la selección, vigilando y escuchando todos los

movimientos de los aspirantes. También el público actúa

como juez y realiza su selección particular desde la

butaca. Hay muchos giros en el texto y nadie es capaz de

aventurar quién conseguirá finalmente el ansiado

puesto, ni quién es el infiltrado.

La británica, de 39 años de edad, hija de un escritor y

de una actriz, ahora trabaja en los ensayos de su

próximo gran proyecto: el primer musical que dirigirá.

El sueño de una noche de verano, con música de

Antonio Carmona, será una macroproducción que

estrenará en el Teatro Cervantes de Málaga. Por otra

parte, hace cinco semanas que estrenó Cuando era

pequeña, de Sharman Mcdonald, y a finales del verano

pasado, ¿Dónde pongo la cabeza?, de Yolanda García

Serrano.

ENTREVISTA

TAMZIN TOWNSEND

Æ:hbjnY^[†X^aY^g^\^gbVaEl método Grönholm”

METAMORFOSIS

UNA TURBADORA ALEGORÍA DEL AISLAMIENTO DEL HOMBRE MODERNO

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amplia significación. Es una metáfora del estado del protagonista. Por

un lado es un espacio cerrado, claustrofóbico, un cubo en el que habita

Gregor Samsa, su mundo interior y espacio vital. Por otro, es una

protección frente al exterior, el caparazón del insecto (duro por fuera

pero débil en su interior). Es un terrario, el habitáculo de un insecto

observado bajo la lente de un microscopio. En la propuesta escenográfica

de Olbeter, cobra un destacado protagonismo una gran pantalla

que puede moverse desde proscenio hasta el foso del escenario,

generando así diferentes espacios y realidades. En su posición más

avanzada transforma el teatro en una sala de cine. Finalmente, la mesa

es el habitáculo de la familia, su espacio vital frente al gran cubo en que

se ha encerrado Gregor.

La utilización del vídeo se ha convertido en una constante en los

trabajos de La Fura dels Baus. La función del vídeo en Metamorfosis es

doble: por una parte completa el relato a través de las imágenes que se

proyectan, y por otro se constituye como elemento escenográfico

virtual y lumínico. En este caso, los vídeos realizados por Frank Aleu y

Emmanuel Carlier, protagonizan algunos de los momentos cruciales de

la obra, llevando el relato a zonas imposibles de realizar en escena, ya

sea por su tratamiento hiperrealista o fantástico.

Además, dentro y fuera del cubo, la Fura ha distribuido una serie de

minicámaras, que permiten ampliar detalles de la acción y proyectarlas

en directo. De este modo se consigue mostrar los detalles del trabajo

interpretativo y crear un ambiente de vigilancia constante, de control

agobiante: las cámaras son una metáfora del horror que la familia

Samsa se niega a contemplar.

Por otra parte, la música en Metamorfosis, creada por Josep Sanou está

concebida como una banda sonora que contempla tres aspectos. El

estrictamente musical, generando atmósferas a través de sonidos y

composiciones originales, la sonorización de los vídeos y la amplificación

y el tratamiento del sonido en directo.

El aporte que hace el sonido al relato general es fundamental. Crea un

sonido envolvente que introduce al espectador en el clima de la pieza y

por otra parte potencia las diferentes escenas.

Metamorfosis es una producción de la Fura dels Baus en coproducción

con SEEI, el Centro Dramático Nacional, el Festival Grec, y el Teatre

Lliure, con la colaboración de Temporada Alta 2005 / Festival Internacional

de Teatre. La Fura dels Baus es una compañia en convenio con la

Generalitat de Catalunya - ICIC y el Ministerio de Cultura - INAEM.

La Fura dels Baus actualiza en este montaje que dirige el tándem

integrado por Álex Ollé y el argentino Javier Daulte, el conocido texto

de Franz Kafka, La Metamorfosis. Estrenada el pasado año en Japón con

ocasión de la Exposición Universal, esta producción es una adaptación

libre que funciona como un relato íntimo, que acontece dentro de una

escenografía espectacular que se apoya en el recurso del vídeo y las

imágenes para potenciar el sentido cinematográfico de una historia,

que se ha convertido en un claro referente de la literatura universal.

Esta obra es el relato de un intento de diferenciación. Un intento fallido

en la medida en que esta diferenciación del individuo frente al grupo,

no se produce por una vía creativa y liberadora, sino por el camino de

la mutilación de la propia individualidad. Kafka no explicó en su obra

los motivos de esta transformación. La propuesta de La Fura dels Baus

y Javier Daulte se adhiere a este aspecto del texto. Consideran que no

son necesarios grandes motivos para que esta metamorfosis suceda, ya

que forma parte de la sociedad actual. La posibilidad de una exclusión,

endógena o exógena, está incluida en la estructura de todas las

sociedades en todas las épocas. En esta dramaturgia no se buscan ni se

presentan culpables. No se pretende ofrecer respuestas, sino generar

preguntas. El Gregor Samsa actual protagoniza una huida hacia dentro,

una huida voluntaria. Se recluye para no tener contacto con el entorno.

¿Quién de nosotros no ha pensado alguna vez en renunciar a todo, huir

de las responsabilidades, cerrarse en su caparazón, obviar la realidad

que nos toca vivir?

La obra, que interpretan Rubén Ametllé, Angelina Llongueras, Artur

Trías, Sara Rosa Losilla y Gorka Lasaosa, se refiere, en última instancia,

a la condición de los individuos y esa condición parece ser el miedo.

Gregor Samsa vive en el horror, sometido por el miedo, conformado y

atado por las convenciones. ¿Acaso no es el miedo lo que ha sometido

a los seres humanos de todas las épocas? Las exigencias que pesan sobre

cada individuo generan un estrés que tiende a deshumanizar al sujeto.

Es como si la opción que el mundo actual nos ofrece dictara una

paradójica y siniestra sentencia: Para dejar de ser uno más de la

manada, hay que convertirse en un animal. La manada humana se torna

obediente y no es capaz de generar nuevas maneras de pensar.

La escenografía de Metamorfosis, concebida por Roland Olbeter, consta

de un gran cubo transparente, una pantalla y una mesa. Estos tres

elementos están sujetos a una constante transformación. El espacio está

también ligado al concepto de metamorfosis, es un protagonista más de

la obra, un espacio con vida propia, y por lo tanto, en términos

dramatúrgicos, multiplicador de sentidos. Ese cubo transparente tiene

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Metamorfosis es el primer montaje en el que

trabajan juntos Álex Ollé, de La Fura dels

Baus, y el director y autor argentino Javier

Daulte. Los muchos elementos que tienen

ambos en común, desde los generacionales a

esa pasión por el trabajo energético, sin

prejuicios, independiente y de riesgo, los han

colocado al servicio de esta compleja

producción, quizás la menos furera que hasta

la fecha haya afrontado la factoría teatral

catalana. Del sentido de esta pieza turbadora

escrita por Franz Kafka que explorar las

angustias del hombre urbano del siglo XXI,

nos habla en esta entrevista Ollé.

En efecto, en este montaje es donde se contempla

una Fura más contenida, menos

artificiosa, más evolucionada en el aspecto

actoral y dramatúrgico, asevera el director de

Metamorfosis. De cualquier manera, la

apuesta sorprende y no deja indiferente a

nadie por su lenguaje visual y su potente y

atractiva escenografía caracterizada por el

omnipotente cubo de cristal en donde reside

Gregor Samsa. No hay nada en esta obra que

no esté al servicio de lo que se está contando.

No hay tanta visceralidad en las acciones, sino

más racionalidad en las emociones. Cada

proyecto de la Fura es diferente, y por ello

quiero aclarar que Metamorfosis no supone

un antes y un después en nuestra trayectoria

como compañía.

Sobre Javier Daulte el director catalán

destaca el interés que han despertado los

últimos textos del argentino. Me atrae de

Daulte su capacidad de hacer convivir lo

cotidiano con lo extraordinario y surreal. Para

mí Metamorfosis es justamente esto. He

visto reflejado esta cualidad en obras suyas

como Gore o 4D Óptic. Juntos hemos

apostado por una colaboración muy

enriquecedora a partir de un proceso cómplice

de trabajo empírico y dos lenguajes diferentes.

El espectáculo ha variado muy poco desde su

estreno, que tuvo lugar en Japón. Ha ganado

en solidez y reincide en la trama del texto de

Kafka. Sólo hemos contemporaneizado su

discurso y matizado algunos personajes, como

el del huésped, que si en la obra del escritor

checo tiene una relativa importancia, en

nuestra Metamorfosis tiene una fuerza

notable porque se convierte en el alter ego de

Gregor, usurpando su lugar en la casa

familiar. Que nadie espere ver insectos

repugnantes. Esa imagen se agotaría en dos

minutos. No es suficientemente rica y nos

parecía más oportuno que el público no sólo

entendiera los motivos del auto-aislamiento de

Samsa, sino que percibiera el compulsivo

proceso de transformación que sufre el

protagonista desde el inicio de la obra hasta su

conclusión.

La versión de Metamorfosis de la Fura dels

Baus no juega con la idea de animalidad, sino

con la de aislamiento. Gregor Samsa no

amanece convertido en insecto, sino en un

ser incapaz de colmar sus propias expectativas

y las de su entorno familiar. Por eso toma

la decisión de encerrarse. Esta obra nos habla

de aislamiento, de marginación, de diferenciación;

Samsa es alguien que decide voluntariamente

autoexcluirse de la manada porque se siente

diferente, o porque los demás hacen que se

sienta diferente. Es una temática muy actual

que, por ejemplo, en Japón, se manifiesta a

través del fenómeno hikikomori, que afecta al

10 por ciento de la población juvenil nipona.

Cada espectador debe sacar sus conclusiones

de la Metamorfosis. Ollé no es precisamente

muy optimista con las cuentas que le salen

sobre la enfermiza sociedad del siglo XXI. En

todo caso debemos favorecer al máximo la

comunicación entre sociedades y culturas; la

tolerancia y la solidaridad. Estamos en un

siglo de descréditos y patologías mentales. Nos

hemos acomodado excesivamente en la

sociedad del bienestar, y como buenos pequeños

burgueses de clase media, nos hemos

anclado a la esperanza del tan recurrente

chascarrillo, ya cambiará la situación…

vendrán tiempos mejores. Estamos abocados

a ir a peor. El hombre contemporáneo que se

enfrenta a un mundo sin salidas colectivas.

Muy optimista no soy.

Álex Ollé destaca la pirotecnia visual del

montaje que permite desarrollar el relato a

zonas imposibles de plantear en escena, ya

sea por su tratamiento hiperrealista o

fantástico. El vídeo nos posibilita entrar en el

mundo onírico y real de Gregor Samsa. Ésta es

una obra teatral, pero con un guión muy

cinematográfico. El vídeo en muchos pasajes

no complementa la escena, sino que funciona

como un recurso autónomo, convirtiéndose en

un protagonista positivo más. El teatro

siempre genera una distancia con el espectador

en el aspecto de credibilidad y, en este caso las

imágenes, mitigan esa salvedad.

Álex Ollé estrenará con la Fura dels Baus en

enero dos óperas en la antigua Ópera

Garnier de París, El castillo de Barba Azul de

Béla Bartók y una versión del Diario de un

desaparecido de Leos Janácek.

ÁLEX OLLÉ

ENTREVISTA

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El proceso de creación de las pautas escénicas y dramatúrgicas de esta Metamorfosis concebido

entre Javier Daulte y Álex Ollé se ha cocido a fuego lento. Dos maneras de entender el

acontecimiento teatral y la razón explícita de defenderlo como suntuoso instrumento

regenerador del espíritu, han sido suficientes razones para levantar esta producción que habla de

la mutación humana como desencadenante de la ansiedad y el miedo. Ollé ha debido contener

su temperamental sangre furera, y Daulte acompasar ponderadamente su biorritmo literario

hipernaturalista en beneficio de este espejo deformado que es Metamorfosis, al que ambos sacan

brillo con un lenguaje que no miente.

Daulte ha hecho de su teatro una especie de extensión de las preocupaciones estéticas de la

representación. Insiste en que el teatro no debe transmitir idea alguna sino inventarlas. Su

trabajo, más apoyado en lo argumental y lo actoral, desprovisto en general de grandes complejidades

escénicas, construye argumentos disparatados en muchas ocasiones, como Gore,

Automáticos o Criminal. El realismo, que estuvo en un momento del lado de los argumentos,

Daulte lo traslada a lo visual y al terreno de los comportamientos. El autor y director argentino

recuerda que su primer contacto con La Fura dels Baus fue hace muchos años en Buenos Aires,

cuando vio MTM. Confiesa que el montaje le impactó y que la compañía catalana realmente

logró engañarlo, haciéndole creer que ocurrían cosas que en realidad no eran más que grandes

artificios. Esto es muy difícil conseguir, y es para mí la esencia del teatro. Trabajar con La Fura me

permite experimentar con aspectos escénicos a los que no estoy habituado, comenta.

La Fura dels Baus es una compañía en constante proceso de evolución que ha abordado, desde

su fundación en 1979, nuevos retos en el campo de las artes escénicas. Sus espectáculos y

acciones puntuales han causado un gran impacto tanto en la crítica como en el público internacional.

No es aventurado afirmar que desde Accions (1983) La Fura dels Baus puede considerarse

como un grupo de culto para miles de seguidores de todo el mundo. La Fura ha desarrollado a

lo largo de los años, y desde la base de la creación colectiva, un lenguaje, un estilo y una estética

propios. Su concepto teatral, basado en la idea clásica del espectáculo total, combinando todo

tipo de recursos escénicos, persigue agitar al público. Su montaje XXX, una versión de La

Filosofía del Tocador del Marqués de Sade, pudo contemplarse hace cinco años (mayo 2002) en

el Teatro Cuyás.

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Conocer la opinión de los espectadores

sobre distintos aspectos del Cuyás ayuda a

sus gestores a optimizar recursos públicos y

replantear estrategias que ayuden a mejorar

los servicios que se prestan

Con el objeto de conocer el grado de

satisfacción de los ciudadanos que acuden

regularmente al Teatro Cuyás, durante los

meses de abril, mayo, junio y julio del

presente año 2006, el mencionado espacio

escénico, dependiente de la Consejería de

Cultura del Cabildo grancanario, realizó

entre su público una encuesta en la que se

incluían preguntas relacionadas con su

programación y otros aspectos de sus

servicios básicos como equipamiento

cultural. A través del sistema de encuesta

directa -realizada al público antes del inicio

de algunos espectáculos programados-, y

por correo –a través de los suscriptores de la

revista La Luna del Cuyás-, se estudiaron 19

campos de interés: edad, sexo, nacionalidad,

nivel de estudios, asistencia a restaurantes

después de los espectáculos, situación

laboral, ámbito laboral, edad de los hijos,

zona de procedencia del espectador, grado

de interés por eventos escénicos, abono a

otras organizaciones, medio de transporte

utilizado, frecuencia de la asistencia, grado

de acompañamiento, valoración de la oferta

del Cuyás, valoración de los precios del

teatro, canal utilizado para recibir

información, valoración de los servicios,

grado de conocimiento de la política de

descuentos.

En cuanto al campo edad, el estudio ha

indicado que el 65% de los espectadores

tienen edades comprendidas entre los 26 y

55 años, siendo el grupo más numeroso,

37%, el situado entre los 26 y 40 años. El

sexo femenino supone el 68% del público del

Cuyás, llegando a alcanzar el 78% en los

espectáculos de danza. El público de

nacionalidad extrajera sólo alcanza el 2%,

situándose en el 5 % cuando se trata de

espectáculos de danza. El 81% del público

realizó una valoración de la oferta escénica

del Cuyás entre buena (49%) y muy buena

(32%), correspondiendo a la valoración

aceptable el 19%. En el apartado de frecuencia

de asistencia al teatro se constata que el

60% del público asiste varias veces al año, el

10% varias veces al mes, el 8% una vez al mes

y el 21% una vez al año.

En el apartado interés por eventos escénicos

destaca que el público se decanta por los

géneros de la comedia (76%), el musical

(70%), el teatro clásico (55%), el teatro

contemporáneo (52%), el ballet (50%), la

música sinfónica (43%), la danza contemporánea

(38%), la ópera (32%) y la zarzuela

(30%). El 60% del público realiza una

valoración de los precios del Cuyás entre

buena (48%) y muy buena (12%),

considerándolos el 38%. como aceptables.

Por nivel de estudios, el 88% del público

posee niveles medios o superiores, siendo

mayoritario el público con estudios superiores,

que alcanza el 60% de media. En cuanto a las

actividades después de la función destaca

que el 50% de los encuestados opta por

acudir a algún restaurante a la salida del

Teatro. Atendiendo a la situación laboral, el

64% del público que acude al Teatro Cuyás

goza de empleo, correspondiendo, además,

12 % a estudiantes, el 9% a jubilados y 8% a

amas de casa. Los sectores de profesionales

de la educación y la empresa, ambos con

más del14%, destacan en cuanto al ámbito

laboral del que procede el público. El 46% de

los encuestados tiene hijos.

En cuanto a la zona de procedencia del

espectador, el 67% reside en Las Palmas de

Gran Canaria. Los barrios capitalinos en

donde residen los espectadores que más

acuden al Cuyás son: Escaleritas (7.1%), Las

Torres (6.7/%), Triana (5.5%), Ciudad Jardín

(5.3%), Arenales (4.8%), Tamaraceite (4.4%)

y Guanarteme (4.0%). Los municipios

limítrofes con la capital generan el 19% del

público, destacando Telde con el 8.3%. El

14% restante corresponde al resto de Gran

Canaria y las demás islas, un 3 %, en algunas

ocasiones.

El vehículo propio (56%) es el medio de

transporte que utiliza la mayor parte del

público para desplazarse al Cuyás,

correspondiendo al transporte público (taxi

y guagua) menos del 30%. El 51% del

público asiste al Teatro acompañado por

más de una persona, el 43% con una persona

y el 6% en solitario.

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EL PÚBLICO OPINA SOBRE SU TEATRO

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