Sumario

El Teatro Cuy‡s no se hace responsable de los contenidos ajenos a la programaci—n, ni de la opini—n de sus colaboradores. Publicaci—n de distribuci—n gratuita.

El teatro de Federico García Lorca y William Shakespeare marcarán la

programación de los meses de enero y febrero del Teatro Cuyás. Entre ese

Lorca que describe una maravillosa época de juventud de nuestros padres en

se convierte Doña Rosita la soltera, y ese otro, empeñado en dibujar los límites

que separan la realidad y la fantasía que recoge la farsa simple de La zapatera

prodigiosa, existe un veneno que el poeta granadino convirtió en afición y

locura: el teatro. Esa manifestación del espíritu que también Shakespeare

convirtió en materia misma de la vida, se percibe plenamente en la obra del

dramaturgo posiblemente más admirado de todos los tiempos. Si nos

preguntamos por el sentido de la gran tragedia sobre la vejez que es El Rey

Lear, nos estaremos preguntando por el propósito de la vida, y si

reflexionamos sobre Hamlet, no estaremos haciendo otra cosa más que

mirarnos en un espejo en el que cada generación ha encontrado en este

clásico imperecedero sus propios rasgos.

Miguel Narros dirige el primer Lorca que disfrutaremos sobre el escenario del

Teatro Cuyás en sus seis temporadas de existencia. Luego llegará en forma de

coproducción el segundo, La zapatera prodigiosa, con el que este espacio

escénico público vuelve a apostar por la profesión teatral canaria y por el

sentido de la divulgación del teatro entre los escolares, como rasgo

característico de su ideario en el que se contempla el acceso a obras y

creadores de todos los tiempos. Y el teatro, en ese aspecto didáctico, es un

territorio de posibilidades infinitas que puede comprometer a los jóvenes con

el mundo ideal de los sueños en la múltiple idealidad de sus inacabables

propuestas.

La cosmogonía absoluta del teatro de Shakespeare está hecha para el olvido y

la esperanza, que son aliados exigentes de la vida. Hay algo sustancial que nos

une a buena parte de los textos del dramaturgo inglés. Quizás sea porque su

teatro participa de la frustración y el amor, el vértigo y la ambición, la libertad

y la violencia... porque restaña, por tanto, la herida del vivir y nos deja

exhaustos, como siempre dejan las grandes pasiones. El Rey Lear y Hamlet,

son como dos grandes sueños de la Humanidad. Y Calixto Bieito y Eduardo

Vasco, los directores de ambos montajes, lo entienden de manera distinta.

Los temas de la gran tragedia que aborda la historia del anciano rey, son

explotados por Bieito con crudeza y espectacularidad, en una puesta en

escena arriesgada como suele corresponder a su personal y contemporáneo

estilo de relectura de los clásicos, mientras que Vasco, más comedido y

austero, ha perseguido la belleza atemporal que destila este drama

increíblemente moderno en sus planteamientos formales y conceptuales.

Lorca y Shakespeare. Dos autores y cuatro maneras de mirarlos, pero un solo

escenario para representarlos.

Editorial

¡Dispónganse a asistir a la fiesta de

cumpleaños más extraordinaria a la que hayan

acudido jamás! ¡Prepárense para disfrutar

del musical infantil concebido en Canarias

de mayor éxito de todos los tiempos! Con

ustedes… nuevamente sobre el escenario

del Teatro Cuyás, ¡Zalakadula y su genial y

divertido espectáculo, Cumpleaños feliz!

Recomendado para toda la familia, el nuevo

montaje músico-teatral de la factoría

Zalakadula no tiene contraindicaciones.

Humor, alegría y diversión, canciones de

toda la vida, baile y música en directo, amor

y afecto, son algunos de los ingredientes con

los que está confeccionada la espectacular y

deliciosa tarta de cumpleaños con la que se

celebra la década de producciones de esta

compañía con la que han crecido ya varias

generaciones de niños y niñas.

Dirigida artísticamente y conducida por el

actor Luifer Rodríguez y la actriz Carmen

Sánchez, la última entrega de Zalakadula,

¡Cumpleaños feliz!, está estructurada en diez

pasajes temáticos cuya línea estética posee

aires de cómic. Según Luifer Rodríguez, el

espectáculo está lleno de ritmo, humor y muchas

sorpresas. Se trata de celebrar con nuestro fiel

público los momentos más mágicos y estelares

de nuestra corta y, a la vez, intensa existencia.

Deseamos que nadie se niegue el placer de

soñar, señala el director artístico del musical.

Estoy seguro de que el público asistirá a la

fiesta de cumpleaños más loca, entretenida y

musical de la historia de los cumpleaños. Una

fiesta en la que no faltarán los recuerdos

entrañables, regalos de bellas y bestias, tartas

de magia y bombón, niños que sueñan y cantan,

serpentinas doradas, nubes y globos, piñatas

multicolor, arco-iris de sueños y cuentos, música

animada y velas encendidas.

La temporada pasada, el Teatro Cuyás

programó de la compañía Zalakadula, El

laberinto de los sueños, y como ha sido habitual

desde los inicios de sus producciones, el

público agotó las localidades de las cuatro

funciones previstas. Según Antonio Lorenzo,

productor del musical, el nuevo espectáculo

está diseñado con el mismo espíritu con el

que han concebido los cinco anteriores.

¡Cumpleaños feliz! es una síntesis de los mejores

momentos de nuestra historia. Desde Fantasías

musicales de ayer y hoy, hasta nuestro último

montaje, El laberinto de los sueños, pasando

por Había una vez otro circo, El bosque

animado y Magia potagia. De cada uno de

estos shows seleccionamos canciones, personajes

entrañables, historias, chistes, sorpresas para

disfrutar como entonces, y cargarnos de energía

positiva para seguir soñando.

Zalakadula vuelve a reunir sobre el escenario

a una nómina de grandes artistas. Más de

una treintena de personas, entre músicos,

actores, cantantes, bailarines, malabaristas,

payasos y magos, configuran el elenco del

musical que vuelven a coproducir el Teatro

Cuyás, espacio escénico dependiente de la

Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico

del Cabildo grancanario, y el Ayuntamiento

capitalino, a través de la Sociedad de

Promoción de Las Palmas de Gran Canaria.

Con dirección musical de Germán Arias,

coreografía de Claudio Martín y el arte de

la niña Rocío Ruano (la Felicia de El laberinto

de los sueños), el último montaje de Zalakadula

vuelve a contar con el timplista José Antonio

Ramos, la guitarra de Paco Marín, los textos

de Alexis Ravelo, y escenografía de Hamid

Blell. El mago Manu y la versatilidad de los

enormes muñecos confeccionados por

Hooka, así como otros personajes como

Hakuna Matata, La dragartona, el chef Roque

Renán Croisán o El sombrero loco, completan

la lista de peculiares invitados a esta

inolvidable fiesta de cumpleaños a la que

todos estamos invitados.

PRECIOS

Patio de butacas

1¼ Anfiteatro

2¼ Anfiteatro

Adultos: 15 euros

Ni–os hasta 14 a–os: 12 euros

Adultos: 12 euros

Ni–os hasta 14 a–os: 10 euros

Adultos: 8 euros

Ni–os hasta 14 a–os: 6 euros

LA BIENVENIDA

El espectáculo de Zalakadula se inicia nada

más llegar al teatro los espectadores. Los

niños que conforman el elenco de la

compañía dan la bienvenida a la fiesta de

cumpleaños que tendrá lugar sobre el

escenario.

OBERTURA

El televisor de casa se enciende. Es la hora

del Noticiario de los Niños, un informativo

infantil presentado por una extravagante

señorita que actuará interactivamente con

el teatro a través de una pantalla. La noticia

del día es la celebración del décimo aniversario

de Zalakadula, y por ello se efectúa una

conexión en directo con el domicilio en el

que tiene lugar la singular fiesta, a través de

un estrambótico corresponsal que, desde el

escenario, realiza el seguimiento de la

divertida noticia.

LA DECORACIîN

Los niños preparan la casa con serpentinas,

globos y cintas de colores. Suenan los temas

más populares de las películas El rey león, El

libro de la selva y Tarzán. La fiesta es total y

todos cantan, mientras entran y salen

personajes del escenario, las canciones

Hakuna Matata, El rey león, El rey Lui, Busca

lo más vital y Tarzán, over the rainbow, entre

otras.

LOS REGALOS

En este bloque del espectáculo de Zalakadula,

los niños aguardan impacientes a los invitados

a la fiesta de cumpleaños. Las escenas

divertidas se suceden, mientras la pandilla

rememora algunos pasajes que han vivido

con anterioridad. En esta sección se

interpretan otras conocidas canciones del

repertorio de Zalakadula: Bajo el mar, Grease,

La sirenita, Hay un amigo en mí, Los

Aristogatos, O'Malley del arrabal, Hércules y

Pocahontas, entre otros muchos. El escenario

termina de decorarse y todos esperan el

momento de la tarta.

LA TARTA

Es el instante más feliz del cumpleaños. Es

el momento del circo. El pasaje del

espectáculo en el que los payasos son los

protagonistas. Una legión de cocineros

comandados por el más loco chef francés,

El gran Roque Renán Croisán, introducen la

tarta en el escenario. Suenan hilvanados una

serie de temas muy conocidos.

EL DESEO

En el momento de apagar las velas debemos

pedir con fuerza que se cumpla un deseo.

Como los niños no se ponen de acuerdo,

discuten y entonces irrumpen sobre el

escenario los personajes malvados de los

cuentos. Liderados por la indómita

Dragartona, y secundados por la famosísima

Cruela de Vil, invaden la casa mientras los

niños se esconden asustados y despavoridos.

El lobo feroz, el coco, el ladrón del antifaz,

joker, el hombre del saco y otros se adueñan

de las escena y realizan un baile maléfico en

un ambiente de penumbra. Dragartona se

apodera de la fiesta de cumpleaños y sugiere

a sus compinches solicitar el deseo de que

los niños desaparezcan por siempre de la

faz de la tierra, pero la llegada de La maga

de la luna y el pronunciamiento de las palabras

mágicas de Zalakadula, hará desaparecer a

los malvados ante el influjo de la canción.

CUMPLEA„OS FELIZ

Después de apagar las velas y disfrutar de

los mejores deseos, llega el momento de cantar

la canción de cumpleaños feliz, pero, ¿cuál?

Cada niño tiene una particular y preferida.

Cada uno desea demostrar cuál de las

canciones conocidas es las más conveniente

para el momento. En mitad de la discusión

aparece el Sombrerero loco, un hombre

mascota atrapado en un enorme sombrero,

que reclama el clásico como el tema a cantar

por todos los niños. Suenan en esta sección

del montaje, canciones como Feliz, feliz en

tu día, Cumpleaños, de Parchís o Mucha

felicidad, entre otras. A última hora aparece

un niño que plantea que ya está bien de

antiguallas, y que hay que renovar el

repertorio, cantando la canción que es el

jingle del espectáculo: Cumpleaños feliz según

Zalakadula.

Cuando Vicky Plana y Jordi Milán crearon

la compañía La Cubana en el Sitges de 1980,

lo hicieron desde una concepción del teatro

como gran aventura. El juego como expresión

teatral, la sorpresa, la trasgresión de espacios

y sobre todo unos personajes que adquieren

vida propia yendo más allá del guión,

constituyen el particular sello de esta

compañía. La Cubana, que presenta en el

Teatro Cuyás su última producción, Mamá,

quiero ser famoso, estrenada en noviembre

de 2003 en Alicante, no ha cesado de

programarlo desde entonces, recorriendo

casi toda Andalucía, Levante, Cantabria y

otras comunidades del norte. Los espectadores

canarios podrán disfrutar del último

espectáculo de La Cubana antes que los

madrileños, que no lo harán hasta marzo

de 2005, o los catalanes, que se reirán con

esta parodia delirante a finales de ese mismo

año.

Si en anteriores espectáculos La Cubana

recreaba el mundo del cine o de la ópera,

ahora le llega el turno a la televisión, pero

sólo como disculpa para reflexionar sobre

el fenómeno de la fama y de los gran

hermanos. Reflexión, eso sí, entre risas. A

juicio de Jordi Millán, en esta ocasión, La

Cubana pone encima del escenario todo lo

que sabe para, a base de mucha risa, hacer

reflexionar a la gente sobre el fenómeno de la

fama y el famoseo televisivo. A partir de un

planteamiento muy sencillo sobre la locura

que nos ha invadido a todos por querer sacar

la cabeza por la televisión, por querer ejercer

la vanidad. Es, pues, una parodia de nosotros

mismos. Todos criticamos la televisión que

tenemos, pero la criticamos con el mando en

la mano. Esta parodia la filtramos a través de

los ojos de unos productores de televisión

británicos que nos hacen ver como está el

panorama del famoseo español.

Según Millán, el formato de Mamá, quiero

ser famoso, es una revista. Una revista a la

antigua usanza, basada en la popular revista

de Concha Velasco Mamá, quiero ser artista,

y juega mucho con esa comparación. Antes,

cuando una hija decía a su madre que quería

ser artista, recibía una bofetada porque eso

de la farándula no se veía muy bien. Ahora,

la hija le dice a su madre que quiere ser famosa,

y recibe una bofetada igualmente, pero porque

la madre también quiere serlo y acceder al

estrellato antes que ella, avanza en tono irónico

el director y autor de la idea de esta última

entrega de La Cubana.

Que nadie espere ver representados a algunos

de los famosillos actuales. Nadie se puede

ver directamente representado, aunque sí

aparecen todos los tipos de famosos actuales:

los tertulianos, los periodistas de la prensa

rosa, los artistas que han dejado de serlo y

que ahora buscan simplemente ser famosos,

los fabricantes de fama... Ahora bien, todo

hace que pensar. En definitiva, la obra es un

planteamiento de una realidad que intenta,

entre risa y risa, hacer reflexionar a la gente

sobre nuestra condición humana.

Para Jordi Millán, Mamá, quiero ser famoso,

reúne todas las características habituales de

los espectáculos de La Cubana: Los personajes

son los mismos de siempre. Son esos personajes

cotidianos que todos tenemos a nuestro

alrededor y todos conocemos, que al final somos

nosotros mismos. Nuestro vecino, nuestro tío,

nuestro tendero o el del quiosco. La veterana

compañía utiliza otra vez un despliegue

audiovisual notable, como ya lo hiciera en

su anterior montaje, Cegada de amor, para

el que el propio director de cine Fernando

Colomo, rodó una película que servía de

hilo conductor de la obra.

-Evitando las comparaciones, sí. Pienso que

tanto Shakespeare como Lope o Molière, lo

que hacían era reflejar lo que ocurría en la

sociedad de aquel tiempo, lo que acontecía a

su alrededor, con una excelente calidad. Sus

obras han pasado a ser obras de arte y son

obras universales. De la manera que yo veo el

teatro es como algo inmediato que toca lo

cotidiano y que, pasando inadvertido, no deja

de ser teatro. Por eso, más que teatro de calle

yo lo definiría como teatro de lo cotidiano

inspirado en la familia, en nuestro círculo de

amistades, en nuestra calle, en nuestro trabajo.

En este sentido el teatro existirá siempre

mientras exista la Humanidad. Por eso opino

que el teatro no está en crisis, lo que entrará

en crisis es la manera de verlo, ya que el público

quizás prefiera otros espacios que los escenarios

tradicionales.

Mamá, quiero ser famoso pretende ser un

análisis divertido que, con un formato de

gala televisiva, va desgranando el estado del

famoseo de este país, la locura de ciertas

personas por ser famosas sin tener en cuenta

el esfuerzo personal o artístico, y la obsesión

por convertirnos en personajes mediáticos

a todas costa y satisfacer así nuestra vanidad.

Mummy, I wanna be famous, siguiendo la

moda, se retransmite cada semana (o cada

día, según convenga) desde un teatro

convertido en plató televisivo. La cadena

británica CBN TV lo retransmite en directo

desde hace treinta años para toda Europa,

en busca de nuevos famosos. El programa,

tras recorrer con gran éxito la mayoría de

ciudades europeas, llega ahora a España,

un rico yacimiento de famosos donde el

público hace de público televisivo.

SATISFACER

NUESTRA VANIDAD

22

19

15

12

20

17

13.50

10.50

17.50

15

12

9.50

15.50

13

10.50

8.50

11

9.50

7.50

6

Historia de una mujer que no supo imponerse a su destino

Será el primero de los dos Lorcas que se

presenten en el Teatro Cuyás. Desde que este

espacio escénico fue inaugurado nunca antes

una obra de teatro del poeta granadino se

había llevado a escena sobre sus tablas. Doña

Rosita la soltera, que dirige Miguel Narros, es

una gran producción cuyo reparto encabeza

la actriz Verónica Forqué y un extenso elenco

de trece actores. Según Narros, este poema

del novecientos que fue también denominado

por el escritor Doña Rosita la soltera o El

lenguaje de las flores, retrata la rígida y asfixiante

situación que durante muchas centurias ha

vivido la mujer española, que ha recibido una

educación que la llevaba a la negación de su

ser. A juicio del director, muy pocas mujeres

supieron perder el respeto a las antiguas

enseñanzas, imponiéndose a su destino. La mujer

española ha aprendido, está aprendiendo, a ser

ella misma, porque Doña Rosita, en el siglo

XXI, no tiene otro motivo, más que hacer vivo

el recuerdo de las antiguas Doña Rositas.

El montaje de Narros se centra en tres

momentos de la vida de una mujer sola,

abandonada e incomprendida, que refleja la

intrahistoria de un mundo que una vez el

poeta definió como la triste España del 98. La

acción de Doña Rosita la soltera se sitúa en el

microcosmos de una ciudad de provincias,

Granada, sobre la que resuena en sordina todo

el cambio de gustos, modas y comportamientos

que invadió Europa con el cambio de siglo.

El drama de Doña Rosita es el de la espera en

soledad. Los años se suceden y con ellos la

juventud de Doña Rosita que se niega a

reconocer la realidad, buscando consuelo en

los recuerdos y releyendo, una y otra vez, las

cartas de su prometido. Llega incluso a

inventarse una boda por poderes con tal de

no aceptar ante la sociedad, cursi y mojigata,

que se ha quedado soltera. Forqué encarna

los tres momentos que vive Doña Rosita: la

jovencita enamorada y llena de ilusión; la mujer

asustada que intenta mantener la compostura

ante la sociedad, y la solterona amargada que

ha entregado toda su vida a un hombre que

no existe y a la que sólo le resta esperar la

muerte. El contrapunto del drama lorquiano

lo asumen el resto de los actores Julieta Serrano,

Alicia Hermida, Roberto Quintana, Alberto

Rubio, Eva Román, Macarena Vargas, Palmira

Ferrer, Jesús Prieto, Ana María Ventura, Pepe

Caja, Rosa Vivas, Fernando San Segundo y

Antonio Escribano.

En opinión de Miguel Narros, la mujer

española ha aprendido a estar sola. Ha

encontrado sola la justificación del tiempo; el

tiempo terrible que pasa volando y que todos

padecemos.

Estoy escribiendo una comedia.... en la que

pongo toda mi ilusión: Doña Rosita la Soltera

o El lenguaje de las Flores, drama para familias

divididas en cuatro jardines. Será una pieza

de dulces ironías, de piadosos trazos de

caricatura; comedia burguesa, de tonos suaves,

y en ella, diluidas, las gracias y las delicadezas

de tiempos parados y de distintas épocas. Va

a sorprender mucho creo yo, la evocación de

estos tiempos, en que los ruiseñores cantaban

de verdad y los jardines y las flores tenían un

culto de novela. Aquella maravillosa época de

la juventud de nuestros padres. Tiempo de

polisón, después, las faldas de campánulas y

el “cutrovi”.

También en diciembre de 1935, Lorca escribe

sobre su obra:

Doña Rosita la Soltera o el Lenguaje de las

Flores, drama familiar en cuatro jardines, se

trata de la línea trágica de nuestra vida social,

las españolas que se quedaban solteras. El drama

empieza en 1890, sigue en 1900 y acaba en

1910. Recojo toda la tragedia de la cursilería

española y provinciana, que es algo que hará

reír a nuestras jóvenes generaciones, pero que

es de un hondo dramatismo social, porque

refleja lo que era la clase media.

Cuatro meses antes, en agosto de ese mismo

año, el poeta se refiera al teatro como un

veneno contra el que no hay remedio; como

una afición y una locura, añadiendo más

opiniones sobre Doña Rosita la soltera:

Doña Rosita la Soltera o El Lenguaje de las

Flores es la historia cómica de una solterona

estetizante y sentimental tipo de cine de

entreguerra... a lo Francesca Bertini. La pequeño

burguesa, sin un centavo que hace de mujer

fatal y habla francés. Doña Rosita es la vida

mansa por fuera y requemada por dentro de

una doncella granadina, que poco a poco se

va convirtiendo en esa cosa grotesca y

conmovedora que es una solterona en España.

Cada jornada de la obra se desarrolla en una

época distinta. Transcurre el primer tiempo

en los años almidonados y relamidos de 1885.

Polisón, cabellos complicados, muchas lanas

y sedas sobre las carnes, sombrillas de colores...

Doña Rosita tiene en ese momento veinte años.

Toda la esperanza del mundo está en ella. El

segundo acto pasa en 1900, talles de avispa,

faldas de campánula, Exposición de París,

modernismo, primeros automóviles... Dª Rosita

alcanza la plena madurez de su carne, si me

apuras un poco casi te diría que un punto de

marchitez asoma a sus encantos. Tercera

jornada: 1900, falda entravee, aeroplano. Un

paso más, la guerra. Dijérase que el esencial

trastorno que produce en el mundo la

conflagración se presiente ya en almas y cosas.

Dª Rosita tiene ya en este acto muy cerca del

medio siglo. Senos lacios, escurridiza cadera,

pupilas con un brillo lejano, ceniza en la boca

y en las trenzas que se anudan sin gracia...

Poema para familias, digo en los carteles que

esta obra, y no otra cosa. ¡Cuántas damas

maduras españolas se varan reflejadas en Dª

Rosita como un espejo!

He querido que la más pura línea conduzca

mi comedia desde el principio hasta el fin.

¿Comedia he dicho? Mejor sería decir el drama

de la cursilería española, de la mojigatería

española, del ansia de gozar que las mujeres

han de reprimir por fuerza en lo más hondo

de su entraña enfebrecida.

¿ Por qué el lenguaje de las flores?

Dª Rosita tiene un tío que es botánico. Su

fino arte consigue una rosa que él llama la

rosa mutábile, flor que por la tarde es roja;

mas roja al mediodia; a la tarde blanca y por

la noche se deshace. Esta flor es como el símbolo

del pensamiento que he querido recoger en

Doña Rosita. Pensamiento que la propia

doncella repite una y otra vez, a lo largo de la

comedia.

Cuando se abre en la mañana

roja como sangre está;

el rocío no la toca

porque se teme quemar.

Abierta en el mediodía,

Es dura como el coral;

El sol se asoma a los vidrios

Para verla relumbrar.

Cuando en las ramas empiezan

Los pájaros a cantar

Y se desmaya la tarde

En las violetas del mar,

Se pone blanca, con blanco

de una mejilla de sal.

Y cuando la noche toca

Blando cuerno de metal

Y las estrellas avanzan

mientras los aires se van,

En la raya de lo oscuro

Se comienza a deshojar...

He aquí la vida de mi Doña Rosita. Mansa,

sin fruto, sin objeto, cursi...¿Hasta cuando

seguirán así todas las Doñas Rositas de España?,

se preguntó Lorca en diciembre de 1935.

18

15

13

11

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13.50

12

10

15

12

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9

13

11

9

8

9

7.50

6.50

5.50

10 ARRIBA TELîN / TEATRO

La veterana actriz regresa al escenario del

Teatro Cuyás tras su participación en la obra

de William Shakespeare, El sueño de una

noche de verano, interpretando el papel de

la solterona más popular del teatro español.

Doña Rosita la soltera le permitirá seguir

trabajando en el teatro y con uno de los

directores más prestigiosos de la escena

nacional, Miguel Narros. Verónica Forqué

personifica una mujer abrumada por la

soledad y el recuerdo de un amor que nunca

se consumó. A Narros lo define como un

hombre sabio, con el que me entiendo muy

bien, que sabe mucho de teatro y con el que

me siento muy afortunada.

Tras la preciosa experiencia de El sueño de

una noche de verano, Narros me propuso

realizar un nuevo proyecto. Fue entonces cuando

surgió la idea de llevar a los escenarios Doña

Rosita la soltera. Fue muy fácil desde el

principio; cuando las cosas fluyen, el trabajo

siempre es agradable y llevadero, señala la

actriz, para quien el teatro le ha garantizado

un conocimiento de sí misma como persona y

como actriz más profundo que cualquier otro

medio, además de una satisfacción íntima como

profesional, porque el placer del escenario no

se puede comparar con nada. A García Lorca

lo admira por su cercanía al corazón humano:

su poesía llega a todo el mundo; no hay que

tener gran conocimiento del lenguaje, ni una

carrera universitaria para entender su obra;

eso es algo común a todos los grandes escritores

que abordan temas de interés universal. Para

cualquier actriz es una suerte y un gran

privilegio encarnar este papel.

Verónica Forqué estima que tras el texto de

Lorca existe una denuncia social muy actual,

aparte de una profunda reflexión sobre la

capacidad que tenemos los seres humanos para

engañarnos para poder soportar la vida. Eso

es muy humano y es una falta que siempre

hay que perdonar, porque la vida es a veces

muy insoportable, y si no nos mintiéramos

un poco, seríamos más desgraciados de lo que

somos. Llega un momento en que nos

encontramos al final de nuestra vida y nos

llevamos mintiendo tanto tiempo que no hemos

sentido lo que realmente hubiésemos querido

y deseado, y eso es muy triste. Doña Rosita es

una persona que ama profunda e intensamente,

y espera que su sentimiento se haga realidad,

pero posiblemente se morirá sin que se cumpla.

Lorca poseía un conocimiento exquisito del

alma de la mujer, y por ello interpretar este

personaje me conmueve hondamente, porque

en algunas ocasiones acierto a descubrir entre

ella y yo algunas fragilidades comunes. Me

ha servido para descubrir algunas pautas

personales en las que nunca había profundizado,

como son la amargura, el dolor, el fracaso en

la vida. Con este papel ha crecido como actriz

y como persona, porque este trabajo ha sido

como un espejo en el que has visto en qué

momento estás, las carencias que tienes... los

que tenemos la suerte de tener una trabajo

como éste, en el que estás tan cerca del espíritu

y somos vehículo de las emociones, debemos

aprovechar la oportunidad de ir subiendo el

escalón de la sabiduría y de la vida.

Para Verónica Forqué, en el caso de Rosita,

y en el de otras tantas muchas mujeres, la

dependencia tan enorme que tienen de la figura

de su marido, de su compañero, es tan grande

que produce mucho dolor y frustración. Si las

mujeres fuesen más valientes, fuertes y seguras,

podrían vivir una vida mucho más plena y

elegida por ellas.

De las tres Rositas que interpreta, Forqué se

queda sin duda con la del tercer acto. De

esa estoy más cerca, no sólo por la edad (es

una mujer de cuarenta y tantos años). También

me encuentro más cerca del texto, que es más

profundo, más bello e intenso, aunque reconozco

que es la parte más dura del montaje y en la

que más me implico. Rosita es un personaje

árido, que sufre todo el tiempo. Según la actriz,

el montaje de Narros tiene mucho humor; el

texto es muy vivo y no es nada rancio. Sin

embargo, la actriz opina que el papel bombón

de la función es el del ama, que hace

maravillosamente Alicia Hermida. Este

personaje está lleno de vida y alegría. Siempre

lucha para seguir adelante.

La actriz cree que la situación de la mujer

que narra Lorca en su obra ha cambiado

afortunadamente en España. Desde luego que

ahora una mujer soltera no es una mujer

despreciada por la sociedad, pero creo que la

mujer sigue teniendo una gran dependencia

del hombre a varios niveles: económico,

psicológico, social, espiritual... Todos tenemos

dependencias, pero cuando son excesivas, te

bloquean y no te dejan crecer como individuo.

Los seres humanos nos enga–amos para poder soportar la vida, y eso es

una falta que siempre hay que perdonar

VERÓNICA FORQUÉ

ENTREVISTA

LA ZAPATERA PRODIGIOSA

Otra de las coproducciones importantes del

Teatro Cuyás esta sexta temporada será la

del montaje de Federico García Lorca, La

zapatera prodigiosa, que junto a la empresa

La Luciérnaga Producciones, constituirá otra

ocasión para tomarle el pulso a la profesión

teatral de Canarias. El director y actor canario

Quino Falero es el responsable de la dirección

de este segundo Lorca que se sube al escenario

del Teatro Cuyás, tras Doña Rosita la soltera.

El montaje, aunque dirigido a todos los

públicos, tendrá una especial difusión entre

la comunidad escolar a través del ciclo

pedagógico impulsado desde principios de

esta temporada por el espacio escénico del

Cabildo grancanario. A juicio de Falero, esta

farsa, además de acercar a los alumnos la

dramaturgia del poeta andaluz, quiere ser fiel

al imaginario de Lorca con un montaje

articulado alrededor de una propuesta estética

y escénica en toda regla. Federico fue un autor

que fundió simbolismo, surrealismo, lirismo

y folclore en su teatro, cuyo eje fue la libertad

expresiva.

El elenco del montaje que dirige Falero está

integrado por once actores en escena que

cantan y bailan. Todos ellos fueron escogidos

de un casting al que se presentaron más de

cincuenta actores, y del que salió la

protagonista de la obra, Guacimara Correa,

una joven actriz grancanaria de 26 años que

reside en Madrid. Actores con edades

diferentes, desde los diez años a los cincuenta,

todos ellos con experiencia, formación y

trayectorias diferentes, un vestuario colorista,

una música con arreglos actualizados, un

trabajo coreográfico arriesgado y sugerente,

y una escenografía moderna con elementos

escultóricos de gran plasticidad, contribuyen

a potenciar los valores de esta coproducción.

Según explica Quino Falero, si queremos

motivar a los escolares a apreciar el teatro de

todos los tiempos de forma amena, divertida

y rigurosa, tratando, además, de remover la

admiración de los jóvenes por el teatro, debemos

hacerlo presentando producciones tan cuidadas

como cualquier otra que se exhiba en circuitos

comerciales y que, además, pueda coexistir

con el resto de la programación habitual del

teatro donde se represente.

En este proyecto, el punto de partida para la

elección de los títulos que se produzcan es el

contenido didáctico que queramos hacer llegar

a los alumnos (autores, estilos, épocas,

géneros…), sin embargo, el objetivo último es

que el resto de la ciudadanía pueda disfrutar

de la obra en las mejores condiciones artísticas

y de producción.

La zapatera prodigiosa fue escrita en 1930 y

contiene los grandes temas tratados por

Federico García Lorca en su teatro. Habrá

música, danza y una importante escenografía

en esta producción, añade Falero, quien

recuerda que Lorca siempre apuntó que esta

obra era como un ballet en el que todos sus

elementos plásticos debían ser tan importantes

como la propia palabra poética. Santiago

Gutiérrez, director de La Luciérnaga

Producciones, avanza que esta nueva

coproducción abre una nueva línea de trabajo

en su empresa, más cercana y comprometida

con los textos clásicos que en los últimos años

no han frecuentado nuestros escenarios.

Elegimos el texto de Lorca porque nos

proporcionaba la oportunidad de trabajar con

un reparto amplio, porque se trata de una

farsa muy divertida apta para todo tipo de

públicos, pero ante todo, porque se trataba de

un gran Lorca, dice Gutiérrez.

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Quino Falero es el director del montaje La

zapatera prodigiosa, que coproduce el Teatro

Cuyás con La Luciérnaga. Según explica

Falero, los valores del texto de Federico García

Lorca se encuentran en el tema que aborda

esta farsa y en el retrato que el poeta plantea

de la heroína, que no se conforma con la

realidad que le rodea, pero tampoco con la

fantasía cuando se convierte en realidad. La

obra habla del derecho a elegir y de las ilusiones

que deben permanecer alejadas de nosotros

para poder existir. El teatro nos explica con

ejemplos vivos las normas que rigen el corazón

de las personas, y estas normas son eternas,

señala el también actor y director canario

Quino Falero, quien también asumió la

dirección del musical La noche de Sabina,

coproducido por el Cuyás y La Luciérnaga

la pasada temporada.

Falero apunta que afronta la dirección de

esta nueva producción, partiendo del estudio

de la obra de Lorca y del acercamiento a su

pensamiento. He tratado de tejer un filtro

que me ayuda a elegir la acción. El propósito

de acercar la obra a un público joven obliga a

crear personajes muy identificables, a acertar

con el ritmo y a revisar el sentido del humor.

Me ha interesado acentuar las diferencias entre

el interior y el exterior en la obra, formamos

parte de un entramado social en el que

observamos y somos observados. Lorca sitúa

en el exterior un lenguaje poético más puro,

más lírico, mientras que en el interior es más

cotidiano, más natural. En la escena, esta

dualidad se apoya en una abstracción del

movimiento en el exterior a través de la danza

y en una atmósfera de farsa y comedia en el

interior. Me gusta tener presente la idea del

autor de que el teatro es la poesía que se levanta

del libro y se hace humana, porque la poesía

en el teatro de Lorca, no está sólo en las palabras

sino en su forma de mirar el mundo.

La zapatera prodigiosa es uno de los proyectos

pedagógicos que el Teatro Cuyás producirá

a lo largo de su sexta temporada, de cara a

la difusión del teatro entre la comunidad

escolar de la isla. Según Quino Falero, el

citado texto nos pareció la obra más indicada

para mostrar a los escolares el teatro de Lorca

porque su lenguaje y su trama son muy

asequibles. Esta obra, a pesar de tener una

estructura de tragedia, está vestida de farsa y

tiene un final feliz y festivo. La juventud y el

carácter inconformista de la protagonista se

hacen cercanos al público también joven.

Además, contiene los grandes temas del resto

de la producción dramática del autor: la lucha

entre la realidad y el deseo, el amor entre la

niña y el viejo, el hijo imposible…

El director incide en las pautas que el propio

Federico ofrecía a sus actores de cara a su

trabajo interpretativo: Nadie debe exagerar.

La farsa exige naturalidad, recuerda Falero.

Insisto mucho en despojar de toda afectación

el texto y acercar las palabras a la verdad de

cada actor. Por otra parte, la obra cuenta con

canciones y movimientos escénicos cercanos

al ballet, según el autor la concibió, por eso

los actores además de interpretar el texto tienen

que bailar y cantar, esto exige un entrenamiento

intenso para conseguir un resultado de

espectáculo completo, agrega.

Según confiesa el joven director, la

producción de La zapatera prodigiosa supone

para él una gran satisfacción porque el material

poético es de gran belleza. García Lorca es un

autor al que se puede conocer y amar muy

fácilmente a través de sus obras, pues nos ha

dejado un teatro lleno de poesía y una forma

de mirar el mundo con el corazón y los ojos

muy abiertos para fijarnos en la gente corriente

y ver la esencia de los sentimientos. Además,

para Quino Falero, este proyecto cumple una

serie de objetivos que favorecen el desarrollo

del teatro en Canarias; por un lado creando

un público más crítico y participativo, por

otro lado, facilitando la labor de los docentes

para enseñar teatro y también dinamizando

a la profesión y la “industria” del teatro en

la comunidad.

ENTREVISTA

La zapatera prodigiosa es una farsa simple, de puro tono clásico, donde se describe un espíritu de mujer, como son todas las mujeres, y se

hace, al mismo tiempo y de manera tierna, un apólogo del alma humana. Así pues, la zapaterita es un tipo y un arquetipo a la vez; es una

criatura primaria y es un mito de nuestra pura ilusión insatisfecha. Era el verano de 1926. Yo estaba en la ciudad de Granada rodeado de

negras higueras, de espigas, de pequeñas coronitas de agua; era dueño de una caja de alegría, íntimo amigo de las rosas, y quise poner el

ejemplo dramático de un modo sencillo, iluminando con frescos tonos lo que podía tener fantasmas desilusionados.

Las cartas inquietas que recibía de mis amigos de París en hermosa y amarga lucha con un arte abstracto me llevaron a componer, por

reacción, esta fábula casi vulgar con su realidad directa, donde yo quise que fluyera un invisible hilo de poesía y donde el grito y el humor se

levantan claros y sin trampas, en los primeros términos. Yo quise expresar en mi Zapatera, dentro de los límites de la farsa común, sin

echar mano a elementos poéticos que estaban a mi alcance, la lucha de la realidad con la fantasía (entendiendo por fantasía todo lo que es

irrealizable) que existe en el fondo de toda criatura. La Zapatera lucha constantemente con ideas y objetos reales porque vive en su mundo

propio, donde cada idea y cada objeto tienen un sentido misterioso que ella misma ignora. No ha vivido nunca ni ha tenido nunca novios

más que en la otra orilla, donde no puede ni podrá nunca llegar.

La actriz de 26 años Guacimara Correa fue

escogida para interpretar la zapatera de Lorca,

en un casting de actores al que se presentaron

medio centenar de personas. Actualmente,

esta actriz que estudió dramaturgia en la

escuela de Juan Carlos Corazza de la que

salió también Javier Bardem, reside desde

hace siete años en la capital de España. La

isletera Guacimara Correa, que confiesa que

se ha sentido gratamente impresionada por

el estado de salud del teatro en Canarias, no

conocía personalmente a Quino Falero,

aunque sabía que había dirigido espectáculo

como La noche de Sabina o Soy lo prohibido,

y que había protagonizado el musical Querido

Néstor. El texto de Lorca lo había estudiado

como obligatorio en el temario de la escuela,

pero nunca pensó sinceramente que el papel

sería suyo tras la hora de casting al que la

sometieron los productores de La Luciérnaga.

Hasta la fecha, esta actriz que ha obtenido

el Premio a la Mejor Actriz Amateur de la

Comunidad de Madrid por su interpretación

en Amantes y otros extraños, de Renee Taylor

y Joseph Bologna, ha afrontado pequeños

papeles en cortometrajes, interpretado el

monólogo Yo soy... y se ha presentado al

certamen de monólogos impulsado por El

Club de la Comedia, en el que fue elegida

con su texto escrito por ella, Un canario en

Madrid. En la última edición del Festival

Internacional de Cine de Las Palmas de Gran

Canaria, también pudimos verla en la película

mejicana W.C. Ha trabajado en un capítulo

de la serie Un paso adelante y su última

aparición puede contemplarse en una breve

aparición en el largometraje Di que sí, de

Juan Calvo.

A juicio de Guacimara Correa, hacer un Lorca

de esta envergadura, en tu tierra, supone mucha

alegría para mí, que todavía soy joven y tengo

que seguir creciendo como actriz. Si encima

eres la protagonista, imagínate. Me sirve para

el curriculum de mi alma.

Se marchó con 19 años a Madrid y recuerda

que llevó muy mal lo de la distancia al

principio. Siempre quise ser actriz y de pequeña

me inventaba mis personajes. Leía y me

emocionaba con Don Juan Tenorio y me sabía

muchos pasajes de La Casa de Bernarda Alba,

avanza la que es hija de Sergio Correa,

componente de Los Viejos Tendereteros. Ahora

cumple un sueño: demostrar en su tierra

sus cualidades.

Nuestra versión de La zapatera prodigiosa

no será un drama. La zapatera siempre lucha

por su libertad y sus principios, aunque es

muy complicado hacerlo desde su condición

de esposa de 19 años, casada con un hombre

de 53. Es impulsiva y no se calla nada. No le

importa lo que digan los demás, pero sí le

afecta que la traten injustamente. Es como

un pajarillo que desea volar, pero está enjaulado,

explica la actriz.

GUACIMARA

CORREA

16 ARRIBA TELîN / TEATRO

Luis Olmos dirige a los actores Gerardo Malla,

Kiti Mánver y Toni Cantó, en la tragicomedia

del oscarizado autor británico William

Nicholson, La retirada de Moscú, una aguda

disección en torno a una ruptura matrimonial

en el seno de una rutinaria y convencional

familia católica. El montaje que llega a España

adaptado al castellano por Nacho Artime, y

precedido del éxito alcanzado hace ocho

meses en Broadway, es un relato que, a juicio

de Luis Olmos, nos habla del afán o instinto

de supervivencia del hombre cuando se

enfrenta a situaciones vitales extremas.

Alice (Kiti Mánver) y Edward (Gerardo

Malla), tras intentar durante años conquistar

su estabilidad emocional y la felicidad en el

ámbito de su matrimonio, descubren que

tras cuatro décadas de convivencia conyugal

se han equivocado; una situación que

implicará también a su reservado hijo Jaime

(Toni Cantó), que pertenece a otra generación

con otras inquietudes y valores. Los tres

miembros de la familia encarnarán la dolorosa

ruptura de una forma diferente, intentando

sobrevivir dignamente a su modo la retirada

a la que se ven abocados.

La obra, que adopta alegóricamente su

nombre del título de un libro que Edward

lee al principio de la representación, que

alude a la desesperada y catastrófica retirada

de las diezmadas tropas napoleónicas tras el

fracaso de la conquista de Moscú, está lleno

de humor y ternura. Nicholson escribe un

texto inteligente, universal, de eterna actualidad

en culturas occidentales como la nuestra, señala

Olmos. Crea unos personajes sólidos a los que

disecciona, con un lenguaje chispeante y lleno

de emoción, para mostrarnos, como en un

espejo, los delicados timbres emocionales con

los que nos manejamos cuando atravesamos

situaciones que inevitablemente nos superan.

La retirada de Moscú nos invita a reflexionar

con grandes dosis de humor sobre nuestra propia

fragilidad y fortaleza en esos momentos cruciales

de la vida.

Según manifiesta el laureado director teatral

que ha recibido varios premios Max por los

montajes que ya pudieron disfrutarse en el

Teatro Cuyás, El verdugo y Las bicicletas son

para el verano, la impresión que tuvo al leer

por vez primera La retirada de Moscú, fue la

de haber asistido a un texto que reunía una

atractiva síntesis: por un lado, sentía palpitar

el pulcro bisturí con que Bergman desnuda

emocionalmente a sus personajes, y por el otro,

me remitía a la dinámica agudeza, cómica y

corrosiva, con que Woody Allen traza sus

escenas. Esto sin duda supone un valor añadido,

pero muy delicado, ya que persigue que muchas

de sus situaciones dramáticas, a su pesar,

resulten cómicas, consiguiendo una cierta

hilaridad o patetismo que a la vez de hacernos

sonreír nos sorprende de que podamos hacerlo,

explica Olmos, que fue nombrado este mismo

año director del Teatro de la Zarzuela de

Madrid.

La complejidad que encierra cada uno de

los tres personajes protagonistas de la obra

de Nicholson, ha exigido a Luis Olmos

implantar un esmerado método de trabajo

en la dirección, para conseguir transmitir el

inmenso mundo de matices que encierran

y llenar de verosimilitud el proceso

interpretativo que cada uno de ellos

experimenta durante el desarrollo de la

función. La construcción del montaje, que

cuenta con escenografía de Daniel Blanco,

iluminación de Juan Gómez Cornejo,

vestuario de María Luisa Engel y espacio

sonoro de Yann Díez Doizy, es directa, concisa

y encubre un ritmo, en su sucesión de escenas,

vertiginoso, casi cinematográfico por el que

Olmos siente especial afinidad.

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William Nicholson se ha convertido en uno

de los dramaturgos y guionistas más

prestigiosos de la escena y cinematografía

anglosajona. A sus 56 años, el también

novelista, ensayista y poeta, goza de una gran

popularidad, alcanzada posiblemente gracias

a sus dos éxitos más sonados: Tierra de

penumbra y Gladiador, dos largometrajes

dirigidos respectivamente por Richard

Attemborough y Ridley Scott, que han

encumbrado en la última década del siglo

pasado a este inglés tranquilo que ha fijado

se residencia en Sussex (Gran Bretaña), junto

a su esposa Virgina y sus tres hijos.

Su obra teatral La retirada de Moscú se estrenó

no hace mucho tiempo en los escenarios de

Broadway, interpretada por Eline Atkins,

John Lightgow y Ben Chaplin, con gran éxito

de crítica y público. Tras las líneas de este

texto existen algunas claves autobiográficas

del propio Nicholson, que sufrió, siendo

joven, la traumática separación de sus padres.

El autor, que ha escrito más de cincuenta

guiones para diversos documentales de la

BBC, ha dedicado en los últimos años sus

energías a la escritura destinada a

adolescentes. The wind singer (2000), Slaves

of the mastery (2001) y Fire song (2002),

integran su trilogía juvenil que obtenido

varios premios internacionales, entre ellos

el prestigioso Smarties Prize.

Los guiones cinematográficos más notables

que Nicholson ha escrito son Sarafina, Búho

gris, Nell y El crimen del siglo, siendo el

largometraje A la luz de la luna, la única

película que hasta la fecha ha dirigido. Se

trata de una delicada reflexión sobre el amor

y la maternidad. Para el teatro, el autor ha

escrito las obras Map of the Heart, Catherine

Howard, y la ya citada La retirada de Moscú.

Estuvo sobre el escenario del Teatro Cuyás

en el intenso drama vivido en el aplaudido

montaje Las bicicletas son para el verano,

que también dirigió Luis Olmos. Gerardo

Malla interpreta a Edward en La retirada de

Moscú, un profesor de Historia reservado e

introvertido que debe confesar a la que ha

sido su mujer durante cuarenta años y a su

hijo, que su relación matrimonial ha expirado.

Malla opina que el autor del texto, William

Nicholson tiene la habilidad de mostrarnos

un drama en el que no aparezcan culpables

en su sentido criminal. Las situaciones que se

abordan están tratadas con una gran

inteligencia y equilibrio, que consiguen que el

espectador se sienta reconocido durante la

función. El problema vital que genera una

separación y la convivencia de pareja a lo largo

de los años es un asunto próximo.

Según Malla, este drama con buenas dosis de

humor, obliga a los actores a interpretarlo

intensamente. Hay que tener sumo cuidado,

porque cuando las obras son muy torrenciales

emocionalmente, es muy fácil que te arrojes

al río de una manera suicida. Todos estamos

felices de que esta obra, que ha sido un éxito

en Londres y Nueva York, también lo esté siendo

en los teatros españoles en donde se ha

estrenado. Gerardo Malla estima que la

peripecia vital de Edward tiene algunas

similitudes con su vida. Hay muchos puntos

de la realidad que me conectan con Edward.

Me siento cercano a sus problemas y a las

situaciones por las que atraviesa. Pero el teatro

no es la realidad, aunque se alimente de ella.

Siempre está bien que el actor se identifique

con los problemas de sus personajes, pero el

teatro es otra cosa porque marca sus propias

reglas.

El actor y director se encuentra muy satisfecho

con los dos grandes textos que ha interpretado

en los últimos años. Tenía el impulso de

dedicar un poco más de atención a mi trabajo

como actor. Por eso creo que he tenido toda

la suerte que se puede desear, al encontrarme

con estos dos textos soberbios en mi regreso a

la interpretación. Siempre he dicho que soy

un cómico que dirige.

Malla está convencido de que el público que

asiste al teatro a ver La retirada de Moscú se

identificará con las situaciones que se viven

sobre la escena. Tienen la conciencia, a los

pocos minutos de empezar el espectáculo, de

que la obra se parece mucho a la vida misma.

Todos tienen la sensación de que se les está

contando algo que tiene que ver con sus vidas

y con las que otros han vivido a su alrededor:

sus padres, sus hermanos, sus parientes y

amigos... El teatro a veces es evanescente, pero

éste es un teatro de reflexión, moderno, que

trata problemas de fondo de hoy en día para

el hombre de hoy en día, y eso al espectador

le produce una satisfacción inmediata, porque

se le ofrecen pistas sobre cómo somos y qué

nos pasa.

El teatro no es la realidad,

pero se alimenta de ella

GERARDO MALLA

ENTREVISTA

WILLIAM NICHOLSON,

Uno de los montajes escénicos que sin duda

está causando, en lo que va de temporada,

sensaciones enfrentadas entre público y

crítica, es El rey Lear, del director catalán

Calixto Bieito, cuya atrevida e intensa puesta

en escena no deja indiferente a nadie. La

coproducción en la que el Teatro Cuyás

participa, junto al Teatre Romea de Barcelona,

el Grec de Barcelona y el Palacio de Festivales

de Cantabria, muestra toda la grandeza trágica

de esta historia escrita en torno a 1605 por

William Shakespeare, en la que se entremezcla

el sufrimiento, la violencia irracional, la

ambición, la locura, el principio de la

autoridad, el amor, la libertad, la soledad,

el ultraje o la lealtad.

Protagonizada por José María Pou (Mar

adentro, Siete vidas, Policías) y una nutrida

nómina de actores que vienen siendo

habituales en el reparto de las últimas entregas

de Bieito (Boris Ruiz, Carles Canut, Mingo

Ràfols o Miquel Gelabert), El Rey Lear está

conceptuada como una fábula trágica sobre

la vejez y el ocaso del patriarca, que el

trasgresor director ambienta en una dictadura

contemporánea, que refleja sobre la escena

con contundencia, claridad y crudeza.

Shakespeare construye alrededor del drama

familiar sin esperanza y sin sentido del rey

de Bretaña y sus tres hijas -Goneril, Regan

y Cordelia-, una de las más profundas y

sobrecogedoras reflexiones sobre los abismos

de la naturaleza humana que ha producido

el teatro. La extrema experiencia de locura,

dolor y destrucción.

El Rey Lear que propone Bieito en esta

ocasión, consuma la trilogía que sobre

Shakespeare ha afrontado el director de escena

tras los estrenos de Macbeth (Festival de

Salzburgo, 2001) y Hamlet (Festival de

Edimburgo, 2003), y que no ha requerido

como en estos dos casos, una deconstrucción

del texto original, manteniéndose el montaje

de tres horas de duración muy cercano al

texto shakesperiano. Con una traducción

de Joan Sellent que no traiciona la voluntad

poética del original, el director de escena,

del que con anterioridad se han presentado

en el Teatro Cuyás, La vida es sueño, La ópera

de cuatro cuartos y Macbeth logra quizás su

montaje más personal.

Para Calixto Bieito, El Rey Lear es uno de

esos textos universales que no alcanzaron

su verdadera dimensión histórica hasta los

años 50. El público era incapaz de entender

una obra creada sin la más mínima concesión;

una obra sobre la vida tremendamente llena

de humanidad y de pesimismo, señala Bieito.

El montaje es fiel a la estética contemporánea

que caracteriza a la factoría Bieito: escenario

de metálicos tonos grises, vestuario kitsch,

sexo, sangre, energía y esfuerzo físico actoral.

También el catalán opina sobre la violencia

que destilan los textos del dramaturgo inglés:

Shakespeare es el autor más violento de todos

los tiempos. Trata la violencia en su teatro

como parte inherente del ser humano, algo

que hace con tanta naturalidad como reír,

comer o cantar, y evidentemente, más que un

efecto moral, lo que Shakespeare pretende es

mostrar la condición humana en todas sus

dimensiones.

PALABRA DE BIEITO

El teatro del siglo XX ha pasado por épocas

en las que le ha sobrado mucho escepticismo

y le ha faltado compromiso social, cultural y

ético. La autocomplacencia teatral ha

desbordado los escenarios durante quizá

demasiado tiempo.

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EL REY LEAR

De William Shakespeare

Direcci—n: Calixto Bieito

Con JosŽ Mar’a Pou

Coproducci—n del Teatro Cuy‡s

D’as 18 y 19 (20:30h.) y 20 (19:00h.)

de Febrero

Nunca antes se había enfrentado a un

Shakespeare, y menos a un personaje tan

intenso, complejo y turbio como el Rey de

Bretaña. Josep María Pou llegó a pesar que

existía una maldición que dificultaba su

encuentro con la rica producción del

dramaturgo británico. A los pocos días del

estreno en Barcelona del montaje A cielo

abierto, de David Hare, Calixto Bieito le

ofreció interpretar la historia eterna de El

Rey Lear. Hemos realizado entre ambos un

trabajo muy intenso y difícil, de búsquedas e

improvisaciones, para llegar a una conclusión:

queremos que el público vea este montaje con

los ojos del siglo XXI. No podemos seguir

sosteniendo una visión de este rey que ofreció

la corriente romántica, y que desde hace más

de un siglo, se ha seguido perpetuando en la

tradición teatral. El rey no es más que un señor

egoísta que ha estado ejerciendo el poder

absoluto de manera caprichosa y arbitraria,

jugando con la voluntad de su pueblo y de su

familia. Este personaje que lo ha tenido todo,

es desposeído y arrojado bajo la lluvia, desnudo

y en medio de la naturaleza, aprende a

comportarse como un ser humano en una

especie de viaje que se ha convertido en la

gran tragedia del teatro universal.

Pou, que se ha enfrentado a multitud de

registros en el cine y la televisión, asegura

que tras este montaje se esconden infinidad

de claves y dilemas contemporáneos. Si El

Rey Lear, que se escribió hace más de

cuatrocientos años, permite hoy en día una

lectura moderna y vigente en la que podemos

reconocernos como individuos, es porque

Shakespeare gozaba de una inteligencia

imperecedera y universal. Dentro de su

producción, este texto es posiblemente su obra

más avanzada y moderna, no sólo en su

estructura sino en sus contenidos. El teatro

del absurdo y su revolución emprendida en el

siglo XX está ya contenida en El Rey Lear. El

propio Beckett reconoció que parte de su teatro

no hubiera sido posible de no haber existido

este texto. En estos momentos de convulsiones

y angustias, este texto nos ofrece una mirada

muy lúcida sobre el poder y el comportamiento

humano. Harold Bloom afirmó que el hombre

era tanto creación de Dios como de Shakespeare.

Interpretar el papel del rey de Bretaña, ha

obligado a Pou a plantearse muchas cosas a

estas alturas de su vida, desde el reto

profesional al análisis pormenorizado de cada

una de las expresiones profundas que contiene

el texto shakesperiano. Estoy más enriquecido

como ser humano. Tengo un concepto más

claro de la solidaridad y la humanidad; me

reafirma todo aquello por lo que he venido

luchando durante años como persona. He

descubierto en mí mismo muchos recursos

escénicos como actor que yo ni siquiera sabía

que tenía.

El actor afirma estar muy satisfecho con la

propuesta trasgresora de Calixto Bieito, uno

de los directores españoles cuyo peculiar

estilo lo ha consolidado como uno de los

más solicitados de Europa. La polémica

siempre acompaña a los creadores transgresores.

Bieito no utiliza la trasgresión como un

instrumento para epatar al público con una

voluntad explícita de romper con la tradición,

sino que lo hace desde la sinceridad y la

honestidad. Sus códigos expresivos que extrae

de la cultura moderna vinculada al cine y la

música, entre otros muchos registros, pueden

verse en cada uno de sus espectáculos. El público

de hoy no va con zarandajas porque está

sometido a los estímulos de la televisión y su

estética, a la violencia y al perfil de la actualidad,

y todo ello lo debe recoger el teatro. Es lo que

hace Bieito en El rey Lear: sin edulcorar nada,

genera en el espectador la esencia del teatro,

la catarsis, la reflexión. Contemplando el horror

de cuanto acontece en el escenario, el público

debe ser capaz de preguntarse a sí mismo por

qué es capaz de vivir inmerso entre tanta

desolación. El ánimo del espectador se sacude

mejor con este tipo de montajes que con otros

planteamientos conservadores, al servicio de

la palabra y menos de la acción. El público

no se puede mantener pasivo en ningún

momento, y debe salir transformado del teatro,

después de haber vivido una experiencia más

allá de la simple contemplación.

Se declara un gran defensor del trabajo del

actor en el medio teatral. El campo de expresión

en el que me siento más feliz es el teatro. Cuando

me propuse ser actor hace muchos años, nunca

me propuse ser actor de cine o de televisión;

para mí ser actor era ser actor de teatro, subirse

a un escenario y ponerse delante del público

para crear algo que se desvanece al cabo de

dos o tres horas. En el teatro me siento

absolutamente responsable de mis actos y mi

trabajo porque no existen los intermediarios.

ENTREVISTA

PASIONES DESBOCADAS

Bieito es una bestia teatral en el más amplio

sentido de la palabra, una fábrica de teatralidad

desmesurada cuya forma de abordar/devorar

los textos encuentra territorio propicio en las

grandes tragedias de Shakespeare, donde las

pasiones galopan desbocadas y los seres

humanos dejan al descubierto la carne de sus

miserias y el tuétano de su nobleza, si la tienen.

Juan Ignacio García Garzón

ABC

El Rey Lear es una puesta en escena arriesgada

que, sin la majestuosidad trágica del texto

clásico, consigue convertirse en otro gran éxito

de Bieito, de su personal y contemporáneo

estilo de relectura de los clásicos.

María José Ragué

El Cultural-El Mundo

UN JUEGO DE TRAICIONES Y

RIVALIDADES

El anciano Rey Lear decide dividir su reino

entre sus tres hijas guiándose por el amor

que cada una de ellas le profesa. Comete el

error de dar el reino a sus dos hijas mayores,

las aduladoras Goneril y Regan, ya que

Cordelia se niega a entrar en competencia

con sus hermanas y es enviada al exilio.

Goneril y Regan pronto dejan al descubierto

su carácter cruel al negar cobijo a su padre.

Lear se adentra en una tempestad en

compañía de sus pocos fieles. El dolor lo

hace enloquecer, pero la ayuda del Conde

de Gloucester le salva la vida. Mientras tanto

Goneril y Regan se disputan el amor de

Edmund, hijo bastardo de Gloucester, y

Cordelia regresa de su obligado exilio con

un ejército francés dispuesto a combatir a

las usurpadoras. El juego de traiciones y

rivalidades termina en un último acto situado

en Dover en el que las tres hermanas y Lear

liquidarán sus deudas pendientes.

UNA OBRA ACERCA DE LO QUE

ES LA VIDA

Marcos Ordóñez

Crítico teatral

Preguntarse de qué va El Rey Lear -escribió

Michael Ignatieff- equivale a preguntarse

de qué va la vida. Es la obra acerca de lo

que es la vida. Así, la pregunta tiene distintas

respuestas, según lo viejos que seamos, según

lo mucho o poco que hayamos vivido.

En primer plano, El Rey Lear es la gran

tragedia sobre la vejez: la historia de un

hombre violento e irracional que recoge lo

que ha sembrado, que empeora con la edad

porque no puede aceptarla y que, tras ser

arrojado al despojo, aprende su lección

cuando ya es demasiado tarde.

En plano general, El Rey Lear es una carcajada

metafísica bajo un cielo sin dioses: un tarot

grotesco y salvaje, en el que los arcanos

mayores son un rey, un bufón, un ciego y

un loco. Shakespeare despliega las cartas del

sinsentido, de la ceguera, de las epifanías

súbitas en el vértice del dolor, de la redención

a través del sufrimiento, de la voluntad de

seguir, pese a todo: No hemos llegado a lo

peor mientras todavía podamos decir esto es

lo peor, dice Gloucester, inventando a Beckett.

El Rey Lear es la obra mayor de Shakespeare

porque inventa, en su cosmogonía absoluta,

en su furiosa mezcla de temas y géneros,

todo el teatro moderno.

EL REY LEAR

Eduardo Vasco, director de la Compañía

Nacional de Teatro Clásico y de Noviembre

Compañía de Teatro, afronta esta versión

del Hamlet de William Shakespeare, basada

en la traducción de Leandro Fernández de

Moratín, intentando resaltar el carácter

egocéntrico del texto original de esta tragedia

de venganza que transcurre en el siglo XVI

en Dinamarca. Escrita por el dramaturgo

inglés hacia 1600, en esta obra universal de

la cultura occidental se entremezcla el

misterio, la traición, el amor, la amistad y

la venganza, lo que permite a Shakespeare

construir un fresco colosal de tremenda

belleza que, en la versión de Noviembre Teatro,

se reivindica desde una mirada limpia, ajena

a mistificaciones y discursos superpuestos,

sean éstos de la tradición o de la

posmodernidad.

Según Eduardo Vasco, es Shakespeare quien

abre el siglo XVII y cierra el siglo anterior

creando, con su obra, la figura teatral más

representada, estudiada y valorada del teatro

mundial. La presencia del príncipe danés,

impulsada por el drama shakesperiano, recorre

el inconsciente de la literatura dramática como

ejemplo de pieza perdurable. Siempre se pueden

encontrar en Hamlet vínculos de carácter

político, moral, familiar, filosófico, metafísico

o humanístico, señala Vasco. Hamlet es teatro

dentro del teatro; un drama increíblemente

moderno en sus planteamientos formales y

conceptuales. Es un palimpsesto en el que

han escrito los siglos y los hombres, añade.

Para el director, que ha presentado en el

Teatro Cuyás La bella Aurora, Algún amor

que no mate, La fuerza lastimosa y No son

todos ruiseñores, Hamlet es una obra de género,

una tragedia de venganza, habitual para un

dramaturgo de su época. Shakespeare da una

renacentista vuelta de tuerca al género, y la

venganza pasa a un plano distinto. Jan Kot

afirma que existe la posibilidad de mirarse en

Hamlet como en un espejo, y que cada

generación encuentra en esta obra sus propios

rasgos. Noviembre Teatro indaga en ese reflejo

y persigue la belleza atemporal de este texto.

A juicio de Eduardo Vasco, una de las ventajas

de la versión que Noviembre Teatro factura

natural como expresión poética de un mundo

que no es el suyo, pero cuya convención no

le es ajena. La adaptación de Yolanda Pallín,

resalta la mirada sospechosa, el comportamiento

antinatural, el disimulo o la hipocresía,

expresados mediante la elegancia más austera.

Nada hay más brutal que la gélida crueldad,

dice el director. Otros huecos, los meramente

argumentales, se ahondan en esta adaptación

en beneficio de la limpieza de líneas y

aprovechando una percepción contemporánea

más acostumbrada a la elipsis que el espectador

isabelino.

HAMLET

18

15

13

11

16

13.50

12

10

15

12

11

9

13

11

9

8

9

7.50

6.50

5.50

El director de escena y nuevo responsable

de la Compañía Nacional de Teatro Clásico,

Eduardo Vasco, afronta la última producción

de Noviembre Compañía de Teatro, desde

la defensa del actor como único valedor del

texto de Shakespeare. He pretendido sacar a

plano el trabajo del actor, y ocultar lo más

posible en la puesta en escena lo que pueda

despistar; más aún en un texto como Hamlet,

tan fascinante y maravilloso, en el que el actor

puede trabajar de una manera tan plena.

Hemos incidido en dos claves fundamentales:

fomentar el vivo y el directo, es decir, con todo

aquello que el espectador percibe de primera

mano; y por otro lado, hemos tratado de resaltar

las virtudes del teatro; todo ese trabajo que

no se puede apreciar ni en el cine ni en la

televisión.

Para Vasco, Hamlet es un mapamundi que

habla del hombre. Hamlet contiene algo de

cada uno de nosotros. Es un texto que tiene la

particularidad de conectar siempre con todos;

es muy difícil escapar a su recuerdo, a su cita,

a su influencia. Hay un instante en esta obra

en el que nos zambullimos porque tiene

demasiados vínculos con la vida, con la realidad.

Esto ha hecho de Hamlet probablemente el

texto más importante de la historia del teatro

mundial. Una vez leído, es difícil que no forme

parte de ti.

Noviembre Teatro ha trabajado en los últimos

años con textos clásicos y contemporáneos:

desde la vitalidad de Lope de Vega, a otras

obras poco conocidas como Dedos y Algún

amor que no mate. Siempre nos ha gustado el

riesgo y la fractura, explica Vasco, quien define

la traducción del ilustrado Moratín como

preciosista. Fernández de Moratín maneja el

castellano como nadie, y eso hace que su

traducción sea riquísima desde el punto de

vista musical y de la belleza del lenguaje. El

traductor entró en conflicto con la obra

shakesperiana porque, a pesar de entender

que era una obra fascinante, no terminaba

de entender las claves dramatúrgicas contenidas

en ella.

Según Eduardo Vasco, sería imposible

destacar un momento Hamlet, ya que la pieza

contiene infinidad de picos de gran valor.

Hamlet es un mapamundi que nos impide

orientarnos con el que cada espectador saca

su propia conclusión. Es un monstruo de

muchas cabezas. Las referencias culturales

que la mayoría de espectadores posee de esta

obra cumbre de la literatura universal, son

para Vasco como mínimo desesperantes, porque

siempre se le ha ocurrido a alguien antes lo

que planteas tú en tu propuesta a modo de

innovación. Pero, por otra parte, trabajas con

un nivel de complicidad con el público mucho

más fuerte.

Escenográficamente, el director avanza que

en este Hamlet han optado por un espacio

que favorece el trabajo del actor. El escenario

es una caja de sorpresas que alberga todo

los mecanismos que contiene Hamlet, desde

los fantasmas a los asesinatos, pasando por

los romances y los maltratos. La nueva etapa

profesional de Eduardo Vasco en la Compañía

Nacional de Teatro Clásico, tendrá mucho

que ver con la filosofía de trabajo planteada

en estos años en Noviembre Teatro: potenciar

lo que el teatro tiene de único. Hay que

impulsar una línea muy fresca y atrevida, pero

con rigor; tratar de demostrar que los clásicos

siempre han estado en contacto directo con el

público con una muy fuerte vocación de

comunicar.

ENTREVISTA

EDUARDO VASCO

Hamlet es un mapamundi

que habla del hombre

La historia de Hamlet aparece por vez primera

en la Historia de Dinamarca de Saxo

Grammaticus, a finales del siglo XII, y es

conocida por los ingleses a partir de las

Historias trágicas de Belleforest, editada en

1559. Sabemos que fue utilizada y

representada, probablemente por Thomas

Kyd, unos treinta años después, aunque no

se conserva el texto. El texto llega a nosotros

de una manera compleja y curiosa: se publican

tres variantes con notables diferencias entre

1603 y 1623, y el Hamlet que manejamos

habitualmente, que resulta ser un híbrido

entre las anteriores. La Compañía Noviembre

Teatro ha utilizado para la puesta en escena

la que Leandro Fernández de Moratín

realizara en 1800, por sus sencillez a la hora

de traducir a un Shakespeare capaz incluso

de fascinar a todo un ilustrado, que pese a

las incongruencias y deformaciones que

encuentra, aprecia la tremenda belleza que

la pieza contiene. De los impulsos

irrefrenables y del choque de fuerzas que

alberga Hamlet, nace la heroicidad

moratiniana y la que se considera como una

de sus mejores obras, posiblemente gracias

a esa pasión devoradora que se impuso este

racionalista a la hora de traducir este texto

bárbaro al idioma castellano.

Sólo un profundo amor más allá de toda

razón hizo que el autor de El sí de las niñas

y uno de los más lúcidos reformadores del

teatro, ocupara su talento en verter a nuestra

lengua un texto tan ajeno a lo que serían

sus postulados estéticos. Y ese amor está en

cada línea de su traducción. A veces en sus

resoluciones se deja entrever el conflicto del

traductor que era, y del autor dramático que

nunca se permitió ser. La traducción de

Moratín aporta la luz de lo nuevo, porque

está integrada en una visión profundamente

escénica y está puesta en boca no desde el

intento de simplificar o facilitar, sino desde

la necesidad de inventar para nuestra lengua

una prosa contundente, hermosa y funcional;

porque Leandro Fernández de Moratín no

olvida ni por un momento que está

traduciendo teatro.

24 de mayo

27, 28 y 29 de mayo

25, 26 y 27 de marzo

18 de mayo

22, 23 y 24 de abril